Iniciativas chinas para mejorar las relaciones con el Vaticano
La liberación, la pasada semana, del ex obispo de Shanghai Going Pintad, tras 23 años de cárcel, parece un gesto destinado a dar mayor libertad a la minoría católica y un nuevo paso para la mejora de las relaciones con el Vaticano, interrumpidas en 1949 con la llegada de Mao Zedong al poder. Pekín autorizará la primera visita al exterior de curas y seglares católicos, que viajarán a Hong Kong del 14 al 15 de este mes.
Going Pinmei, de 83 años de edad, fue condenado a cadena perpetua en 1960 acusado por las autoridades chinas de alta traición e incitación a la revuelta. El ex obispo de Shanghai encabezaba el movimiento de jesuitas católicos fieles al Vaticano en contra de la iglesia patriótica, partidaria de un compromiso con los gobernantes comunistas.Tras su liberación, Going acudió a la sede del obispado de Shanghai para besar el anillo y prometer respetar sus órdenes al actual obispo de la ciudad, Louis Zhang, de 93 años de edad, que fue nombrado el mismo año del encarcelamiento de su predecesor. Todo ello parece indicar que para obtener su liberación el obispo accedió a someterse a la autoridad de la iglesia católica oficial china, retractándose de su rebeldía.
Durante los años de la revolución cultural, desde 1965 hasta 1976, los católicos y los sacerdotes chinos sufrieron la presión de los guardias rojos, al igual que otras minorías religiosas del país, como la musulmana o la budista. Desde 1979, el nuevo equipo dirigente practica una política de apertura limitada en materia de cultos. Unos 200 jesuitas fueron liberados después de haber cumplido casi 25 años de trabajos forzosos.
Actualmente se celebran misas en algunas iglesias de las grandes ciudades, siete seminarios han reabierto sus puertas y hay más libertad para los casi cuatro millones de católicos que se calcula que hay en China, entre una población de más de 1.000 millones.
La liberación de Going es una prueba más de que la reforma y apertura dirigidas por Deng Xiaoping llegan un poco a todos los estamentos del país, aunque se siga controlando y supervisando los asuntos religiosos desde una oficina creada a tal efecto.
Relaciones con el Vaticano
En el fondo de la cuestión sobre la mayor flexibilidad hacia los católicos chinos está la futura mejora de relaciones entre Pekín y el Vaticano, aunque los intentos de acercamiento por parte de Roma no han dado todavía ningún resultado. La Iglesia, por otra parte, continúa manteniendo su nunciatura en Taibei, capital de Taiwan, cuyo cierre sería una condición previa al establecimiento de relaciones oficiales entre el Vaticano y Pekín. Por otra parte, según fuentes de la Iglesia católica china y de Amnistía International, al menos 10 curas católicos siguen encarcelados.La delegación que visitará Hong Kong estará dirigida por el obispo auxiliar de Shanghai, Jin Lusian, y se compondrá de tres sacerdotes y cuatro laicos de la iglesia patriótica, autorizada por el Gobierno. Será la primera vez que una misión de católicos sale del país, aunque en el pasado hubo religiosos y delegaciones chinas en visita al exterior.
La visita, a invitación del obispo Wu, se considera privada en medios oficiales chinos, pero es calificada de histórica por el obispado de Hong Kong, en un proceso de tímido acercamiento entre la Iglesia católica de la República Popular China y la de la colonia británica, que volverá a control de Pekín en junio de 1997 .
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