El Gobierno español aprueba la adopción de medidas preventivas para evitar la violencia en el deporte

Las autoridades gubernativas y deportivas de España adoptarán próximamente medidas preventivas contra la violencia en el deporte. "El fútbol y el baloncesto serán los deportes que serán sometidos a prueba, y al mismo tiempo echaremos una ojeada a los finales de las etapas de ciclismo", informó el secretario de Estado para el Deporte, Romá Cuyás. Todos los campos de fútbol de Primera y Segunda División, así como los pabellones deportivos de baloncesto, serán examinados por diferentes comisiones para comprobar su seguridad.

"España no parte de cero para evitar la violencia en los campos de fútbol", aseguró Romá Cuyás. "En el Gobierno español existe absoluta preocupación sobre este problema. Sus miembros lo tienen en la cabeza. He convocado una reu- nión, la próxima semana, a la que asistirán dos expertos de la Federación Española de Fútbol, Liga Profesional de Fútbol y Consejo Superior de Deportes -uno de los dos de este último organismo es policía- para tratar el asunto. Van a elaborar un catálogo, un índice, un método de trabajo y un calendario. Se constituirán las comisiones de especialistas que sean necesarias con representantes de los clubes, municipios, bomberos, sanitarios y otros estamentos para que elaboren las medidas preventivas a cumplir en los campos de fútbol y en los pabellones de baloncesto". El secretario de Estado para el Deporte, Romá Cuyás, no descarta la posibilidad de llevar a cabo simulacros de hipotéticas tragedias en esas instalaciones deportivas. También destacó la necesidad de reducir las localidades de pie en los campos de fútbol como reme dio a posibles tragedias.

Los máximos dirigentes depor tivos del país estiman que la mejor medida para prevenir la violencia es atajar las causas que la pueden generar. Se tiene la intención de sancionar.con la máxima dureza la violencia de los deportistas en el terreno de juego, de los técnicos y directivos, porque ésta puede trasladarse después a las gradas.

Tuvo que suceder la tragedia de estadio Heysel, en Bruselas, para que el fútbol europeo se preocupara, hasta los propios ministros, de la violencia en este deporte. Llegaron los muertos: 38 en el estadio Heysel, todo un récord que se recuerda cuando de nuevo la tragedia estuvo a punto de aparecer, como en la final de la Copa del Rey en Madrid, en la que la policía cargó sobre los aficionados. El rey Juan Carlos, y el presidente del Gobierno, Felipe González, desde el palco, mostraron en sus rostros cierta preocupación y desagrado.

Una premonición

No había transcurrido aún una semana desde que Romá Cuyás, convocó a una reunión a los presidentes de la Federación Española de Fútbol y de la Liga Profesional, José Luis Roca y Antonio Baró, respectivamente, para tratar la violencia en el fútbol. Había que adoptar medidas antes de que ftiese demasiado tarde. La final de la Copa del Rey resultó toda una premonición, como si de un simulacro real se tratase.Tras la tragedia de Heysel, personalidades españoles aseguraron que "no hubiera ocurrido en nuestro país. Es imposible". Se recordó el Mundial 82. Tres selecciones nacionales del Reino Unido: Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte participaron en el Mundial de fútbol organizado por España. Bilbao primero y después Madrid recibieron a los aficionados británicos. La Policía Nacional, incluso montada a caballo, no les dio respiro.

Un total de 15 partidos oficiales disputaron desde 1982 hasta ahora equipos de España y el Reino Unido en nuestro país; de ellos, nueve corresponden a selecciones nacionales, y el resto, a clubes. La selección española se enfrentó en casa a Escocia, Gales, Irlanda del Norte e Inglaterra, mientras la Real Sociedad jugó con el Celtic de Glasgow, y el Athlétic, con el Liverpool, en Copa de Europa; el Barcelona, con el Aston Vila, en la Supercopa, y con el Manchester, en la Recopa, equipo este último al que también se enfrentó el Valencia, en Copa de la UEFA, en la que el Real Madrid eliminó al Tottenham. En ninguno de ellos se registraron incidentes de relieve.

La preparación de este partido resultó todo un modelo. Participaron en ella la Embajada del Reino Unido en España, la policía española y directivos del Real Madrid y del Tottenham. El Real Madrid no permitió en su campo una presencia superior a los 1.000 aficionados del Tottenham; se les colocó a todos juntos, separados totalmente de los demás espectadores, rodeados de policías y de guardias jurados contratados por el club madridista; se les controló desde su salida del hotel hasta la llegada al Bernabéu, donde fueron chequeados; y se les impidió introducir bebidas o cualquier clase de armas, como los palos de las banderas madridistas adquiridas antes del partido, que la policía los cortaba de la tela.