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Más de cuatro años de prisión para el periodista que publicó los diarios falsificados de Hitler

La Audiencia Territorial de Hamburgo dictó ayer sentencia en el juicio por la falsificación de los diarios de Hitler, condenando al periodista Gerd Heidemann a cuatro años y ocho meses de prisión, y al falsificador, Konrad Kujau, a cuatro años y seis meses. Tras 94 sesiones a lo largo de casi un año, el tribunal consideró probado que los dos acusados estafaron a la editorial Gruner und Jahr, propietaria de la revista Stern, un total de 9,34 millones de marcos (unos 570 millones de pesetas) entre enero de 1981 y abril de 1983. Ambos quedarán en libertad al haberles sido aplazada la condena, que será recurrida por ellos.

El presidente del tribunal basó esta decisión en la edad de los dos condenados, los casi dos años de prisión preventiva ya cumplidos por ambos y la fuerte presión a que se vieron sometidos durante el largo juicio. Heidemann tiene 53 años de edad, y Kujau, 47.La compañera del falsificador, Edith Lieblang, fue condenada a ocho meses de cárcel como encubridora, pero quedó en libertad condicional. La fiscalía había solicitado siete años de prisión para Heidemann y seis para Kujau. La defensa pidió la absolución. La sentencia cierra uno de los casos más espectaculares de estafa periodística de la posguerra.

La revista Stern había comprado entre enero de 1981 y abril de 1983, por mediación de Heidemann, uno de los periodis tas estrella del semanario, un total de 60 cuadernos que supuestamente contenían el diario autógrafo de Adolfo Hitler.

En mayo de 1983, la revista tuvo que suspender nada más comenzada la publicación de los diarios, ya que éstos resultaron ser una burda falsificación.

Según se supo después, el autor de los textos era Konrad Kujau, un comerciante de artículos militares de segunda mano y fervoroso aficionado a la parafernalia nacionalsocialista.

Konrad Kujau compró los cuadernos en la República Democrática Alemana por 3,24 marcos (190 pesetas) el ejemplar, y con ayuda de un manual de historia del nazismo escribió la supuesta vida cotidiana de Hitler. La revista Stern, una de las de mayor difusión en la RFA, sufrió un grave quebranto de su prestigio al tener que reconocer que había sido engañada con una falsificación de tal torpeza.

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La dirección de la revista, que había anunciado la publicación de los diarios como "el acontecimiento periodístico del siglo", estuvo en todo momento convencida de la autenticidad y no creyó necesario ni siquiera un simple examen pericial que hubiera revelado la falsificación.

La sentencia achaca a la editorial una considerable culpa en el caso. Según el presidente del tribunal, Hans Dietrich Schroeder, "la fe inamovible en la autenticidad de los diarios hacía imposible toda reflexión" entre los responsables de la revista, incluido Heidemann. Éste trató por todos los medios de negar la falsificación cuando ya era plenamente evidente.

El tribunal considera desmentida la afirmación de Heidemann de que entregó todo el dinero a Kujau.

Entre los años 1981 y 1983, Gerd Heidemann tuvo gastos de más de dos millones de marcos (unos 116 milllones de pesetas), cuya procedencia no supo justificar.

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