El simposio sobre la Antártida ratifica la intención española de establecer una base

España pretende instalar, en colaboración con Argentina o Chile, una base de estudios científicos en la Antártida antes de 1988, para a partir de entonces integrarse como miembro de pleno derecho en el tratado internacional que reúne a los 16 países establecidos ya en aquel continente. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el Primer Simposio Español de Estudios Antárticos que se ha celebrado esta semana en la capital balear.El embajador de Chile en Madrid, Fernando Zegers, que fue quien pronunció la conferencia de apertura, dijo que en su país se sentía "una gran satisfacción por el retorno de España a la Antártida. España estuvo en la Antártida y fue la descubridora de numerosos mares australes". Respecto al Tratado Antártico, redactado en 1962, Zegers opinó que ha posibilitado que países como el suyo y la URSS, que no mantienen relaciones diplomáticas, hayan establecido una cooperación científica.

El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Enrique Trillas, juzgó la implantación de España en la Antártida como la razón de ser de este Primer Simposio: "España no puede aspirar a instalar una base permanente por sí sola, ya que su coste y mantenimiento resultan excesivamente caros". Trillas aseguró que el interés de nuestro país se centra en participar en un proyecto conjunto con Argentina o Chile. La adhesión de España al Tratado Antártico, para Trillas, es una cuestión política a decidir cuando cuente con una base permanente o semipermanente, en un período de aquí a dos años. España se adhirió al tratado en 1982, y pretende entrar como miembro de pleno derecho antes de 1991, fecha en la que los países allí asentados adquirirán la condición de propietarios del continente.