El ministro del Interior de Bolivia, partidario de aplazar las elecciones del 14 de julio

El ministro del Interior de Bolivia, Gustavo Sánchez, ha considerado justa la exigencia campesina de aplazar las elecciones del 14 de julio, al haberse inscrito sólo una minoría de votantes del sector campesino. La población campesina inscrita para votar no llega ni al 60%, de acuerdo con las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, por lo que la federación que los agrupa solicitó al Gobierno postergar los comicios hasta 1986.

La federación campesina dio un plazo de 72 horas para que se aplacen las elecciones, después del cual realizará un bloqueo de caminos en todo el país. Gustavo Sánchez manifestó el miércoles que no se puede discriminar a los habitantes del campo, porque "deben elegir, como todos, a sus gobernantes, por lo que están en todo su derecho de reclamar".El tribunal electoral efectuó el miércoles una crucial reunión para evaluar la marcha del proceso electoral, boicoteado por diversos paros y huelgas. El tribunal dio un plazo, hasta el mediodía de ayer, al Gobierno para que entregue 100.000 millones de pesos (más de 30 millones de pesetas), necesarios para los comicios.

La importancia de la reunión del tribunal electoral se reflejó en la Prensa local. Un vespertino moderado de esta ciudad, Ultima Hora, titulé el miércoles a toda plana: Leve esperanza para salvar las elecciones.

Uno de los principales obstáculos del proceso electoral es la huelga que desde hace casi tres semanas sostiene el Banco Central de Bolivia, paro que paraliza la entrega de dinero a todas las instituciones del Estado, incluida la que organiza los comicios. Los sindicalistas del banco piden la renuncia de Reynaldo Cardozo, principal ejecutivo de la institución, sólo porque pidió una auditoría ante posibles irregularidades en el instituto emisor. El máximo dirigente sindical del banco, Miguel Quintanilla, afirmó, en abierto desafío al Ejecutivo, que "si el Gobierno quiere elecciones debe exigir la renuncia de Cardozo".