El acusador privado pide que se condene a Mayayo por un delito de robo con homicidio
ENVIADO ESPECIAL El juicio del caso Mestre finalizó ayer en la Audiencia de Tarragona con la petición fiscal de que Ángel Emilio Mayayo sea condenado por asesinato y con la petición del acusador particular de que la condena lo sea por el delito de robo con homicidio, con las agravantes de alevosía, premeditación y abuso de confianza, por el de utilizacion de vehículo ajeno y por un delito contra la salud pública. El defensor, que fue zarandeado a la salida de la sala por familiares de los Salomó, pidió la absolución para su cliente, alegando "falta de pruebas concluyentes". Mayayo no quiso declarar ante el Tribunal.
Para el fiscal Antonio Carbajo, que mantuvo su calificación inicial de asesinato y la misma petición de pena, 29 años de reclusión, Ángel "se encontraba solo en su apartamento cuando la presencia de María Teresa Mestre le permitió salir de su soledad, pero cuando se dio cuenta que su vecina iba a abandonar su casa temió quedar de nuevo solo y la mató".
Jordi Claret solicitó que el acusado fuera condenado por robo con homicidio con las agravantes ya citadas, modificando su calificación inicial de asesinato. Claret explicó también que retiraba las acusaciones de estafa y detención ¡legal. El abogado de los Salomó afirmó que Mayayo mató a la Mestre por un motivo económico: "quería dinero, la prueba está que no había ni un céntimo en el monedero de la víctima", dijo, citando además la carta escritas. La suma de las penas solicitadas por el acusador se eleva a 30 años cuatro meses y un día.
"La falta de pruebas concluyentes impiden acusarle de una forma tajante de ese delito", explicó en sus conclusiones el abogado defensor, José Luis Calderón. "Parece que Ángel sabía lo que ocurrió, pero nadie puede asegurar, hoy, que mató a la señora Salomó", concluyó el defensor.
Calderon criticó las acusaciones de Jordi Claret, "porque un billetero, no es causa suficiente para apoyar esa teoría, y tampoco lo es el escribir un carta". Tras criticar duramente todos los informes periciales efectuados durante el caso, Calderón concluyó: "Yo pido la absolución de mi cliente, porque aún hoy hay que demostrar con pruebas y no con palabras que él es el asesino".
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