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La subida del 0,3% en los precios de mayo confirma que ha empezado su desaceleración

La subida del 0,3% durante el mes de mayo en el índice de precios al consumo (IPC), publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), ha empezado a poner fin al rebrote sufrido en el primer cuatrimestre del año. Tras haber ganado dos décimas sobre el mismo mes de 1984, el Ministerio de Economía y Hacienda espera que los productos alimenticios bajen en junio y crezcan menos que el año pasado en julio. Sus previsiones apuntan a reducir hasta agosto otro punto y medio la tasa de crecimiento anual de los precios. La principal amenaza frente a estos objetivos procede de que la cantidad de dinero disponible seguirá por encima del nivel previsto, salvo que el Gobierno prefiera ver subir los tipos de interés.

En mayo, por primera vez desde diciembre pasado, los precios de la alimentación han subido menos (un 0,1%) que en el mismo mes del año anterior (0,3%), tal y como esperaba el Gobierno. Los no alimenticios, cuya trayectoria había sido más estable a comienzos de año, también han crecido dos décimas menos (0,5%). En concreto, sus incrementos han sido del 0,6% en vestido y calzado, 0,3% en vivienda, 0,5% en menaje y productos para el hogar, 0,4% en medicina, 0,3% en transporte, 0,8% en cultura (este grupo lo ha elevado un 2,3% de subida en los productos audiovisuales), y 0,4% en otros.En la alimentación, principal causante del rebrote inflacionista durante los cuatro primeros meses del año, han subido un 6,8% más las frutas frescas, que en los doce meses anteriores se encarecieron un 81%. Han bajado otros importantes productos: 4,4% el pescado fresco, 4,6% las hortalizas y 5,6% las patatas. La tasa anual de los dos primeros era en abril el 12,8% y 21,1%, mientras las patatas habían bajado un 40%.

Por ello, a finales de mayo seguía en el 12,6% la tasa de crecimiento acumulada durante los doce últimos meses por el conjunto de alimentación, bebidas y tabaco. Pero se cuenta desde ahora con la ventaja comparativa de que en junio pasado este grupo subió el 1,2% y en julio el 3,6%. Y todos los indicadores disponibles -precios percibidos por los agricultores, niveles alcanzados en los mercados centrales- señalan que la reducción será notable, hasta el punto de arrojar quizá para junio un índice de alimentación negativo. Así, el portavoz del Ministerio de Economía y Hacienda declaraba ayer que la tasa anual de la inflación bajará punto y medio entre junio (0,7% el año pasado) y julio (1,5% en 1.984). Para cumplir estas previsiones, los índices generales de ambos meses deberán ser similares al 0,3% de mayo.

Con este 0,3% en el último mes, queda en el 4,6% el incremento acumulado por el IPC en los cinco primeros meses de 1985, todavía superior en ocho décimas al 3,8% registrado en enero-mayo del año pasado. Igualmente, la subida de los doce últimos meses o tasa anual baja del 10,2% registrado en abril al 9,9%, nueve décimas superior al 9% a que cerró 1984.

En mayo, probablemente la inflación oficial española haya sido inferior a la registrada en la CEE, próxima al 0,5%. Se han publicado ya los índices de Francia (0,5%), Alemania (0, 1%), Italia (0,6%) e Inglaterra (0,5%). En la CEE, también hubo cierto rebrote inflacionista en los cuatro primeros meses del año, aunque ha sido menor que en España; su tasa anual media ha pasado paulatinamente desde el 5,4% en diciembre al 6% en abril.

Dificultades

La tasa anual del IPC a finales de mayo de 1984 era del 11,3% en España y logró reducirse pese al rebrote del verano en los últimos cinco meses del año, debido a que flexionaron a la baja los precios de alimentación. Por ello, después de verano resultará más difícil en España conseguir avances comparativos en la inflación. Así, los expertos consultados, tanto de la Administración como del área privada, consideran que el balance del año se jugará en los dos próximos meses. Pero los segundos señalan que persisten algunas incertidumbres.

La principal incógnita procede de la masa monetaria, a la que algunas fuentes culpan también de que el año pasado fueran desbordados los objetivos gubernamentales para los precios. En la regulación de la cantidad de dinero disponible parece agravada la disyuntiva entre superar ampliamente las previsiones (para que la financiación a las empresas y a la inversión sea estable) o dejar que suban los tipos de interés (consecuencia inevitable de todo intento por controlar la masa monetaria).

En los cinco primeros meses del año, los activos líquidos en manos del público han crecido un 16,3%, muy por encima del 14,5% fijado como máximo en la banda trazada para 1985. Fuentes del mercado monetario han añadido que en junio dichas previsiones seguirán desbordadas, y más en julio, salvo que suban los tipos de interés. Aunque ya cobra el 14,5%, dos puntos más que en el primer trimestre, el Banco de España prestó el miércoles 190.000 millones de pesetas y ayer jueves 262.700 millones. El panorama, al parecer consecuencia de la ténue recuperación de la actividad económica, se complicará en los tres próximos meses por la abundante liquidez que proporcionan en el verano los ingresos turísticos y porque vencen 1,5 billones de pesetas pagarés del Tesoro.

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