Manuel Chopera, dispuesto a seguir de empresario en Las Ventas
Manuel Chopera, consejero delegado de Madrid-Toros, SA, actual empresa de Las Ventas, se encuentra en la cumbre de su vida profesional. Le llueven felicitaciones de todas partes por el brillante resultado de la feria de San Isidro. Y quiere seguir. Hace cinco años se presentó al concurso para el arrendamiento de Las Ventas y, al ganarlo, alcanzó el sueño de su vida: ser empresario de Madrid. Ahora, a la vista de los resultados artísticos y económicos de esta etapa, más los derivados -y no menos sustanciosos- en forma de la creciente influencia sobre todo el orbe taurino, su propósito es continuar de empresario de Madrid.
Ya no es tan seguro que vuelva a haber concurso. La fórmula que adoptará la Comunidad de Madrid, propietaria de la plaza, para la temporada 1986 y siguientes no está decidida, o si se decidió no ha trascendido.Lo más probable, sin embargo, es que no opte por la gestión pública, con un diputado de presidente de la entidad y una pequeña corte de taurinos con imagen en calidad de asesores, que hace un mes parecía decisión ya tomada. El presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, habría calculado oportunamente el coste político de esta aventura y lo encontraría desproporcionado. El público de Las Ventas es muy intransigente y conflictivo respecto a la calidad de los carteles, las condiciones de los toros que saltan a la arena y su lidia, y no se recata en exigir responsabilidades de viva voz ni en descalificar rotundamente a quien sea mediante plebiscito. El aficionado del tendido 7 Felipe de Santiago, El Lupas, puso la rúbrica en la pasada corrida de Beneficencia, pegándoles un grito a los diputados: "¿Y vosotros vais a llevar el año que viene esta plaza? ¡Tururú!".
El tururú de un aficionado representativo, con voz -¡y menuda voz!-, tiene carácter de sentencia inapelable. Cierto que la gestión pública es deseable. La cuestión está en si la Comunidad de Madrid cuenta con la estructura necesaria para llevarla a cabo. La solución legal más adecuada debería ser que la Comunidad convocara nuevo concurso, con un pliego de condiciones razonable, serio y progresista, y dedicara el plazo de su vigencia a formar y consolidar esa estructura.
14.000 abonados
En el nuevo concurso, los servicios prestados sería lógico que se tuvieran en cuenta, y Chopera tendría entonces muchas probabilidades de volver a ganarlo. Él mismo está convencido -y así nos lo manifiesta- de que el balance de sus cinco años de gestión empresarial es muy positivo: "Cuando llegué a esta plaza", afirma, "había una crisis de aficionados, y ahí está la enorme afluencia de público que ha tenido la última feria de San Isidro. Había poco más de 4.000 abonados, y este último año hemos llegado a 14.000. Se daban poco más de 40 festejos al año, y nosotros nos hemos acercado a los 70, que viene a ser una media de dos por semana. La feria de Otoño había sido un ensayo de la antigua empresa de Las Ventas, sin apenas éxito, que prácticamente cayó en el olvido, y nosotros la hemos revitalizado hasta convertirla en una feria importante".El proyecto de Chopera para lo que resta de temporada es programar corridas de toros todos los días festivos y hacer una feria de Otoño sonada, en septiembre, con cuatro corridas de toros y una novillada. Esta feria girará en tomo de la despedida del maestro Antoñete, y sus carteles se darán a conocer en el mes de julio.
Apoderado de Antoñete
Posiblemente, la corrida del 7 de julio, con Curro Romero, Julio Robles y Pepe Luis Vázquez, será la última, antes de septiembre, que tenga un cartel de lujo. Después de la feria de otoño, y hasta finales de octubre, la mayoría de los espectáculos serán novilladas, con los novilleros punteros, entre ellos los que mejor impresión han causado en Madrid. Para las corridas del verano habrá una rebaja importante en el precio de las localidades de sol.Manuel Chopera no sólo ha alcanzado el éxito como empresario de Madrid, sino también como apoderado de Antoñete, cuya temporada de despedida tenía cuidadosamente perfilada y se ha revalorízado enormemente con el memorable triunfo del torero en la pasada feria de San Isidro. La tarde de la despedida de Antoñete, en la feria de otoño, estará programada con todas las características de gran acontecimiento. El empresario se encuentra exultante, y no puede ocultarlo, a pesar de la frialdad con que suele abordar cuanto afecta a sus intereses.
