23 años de cárcel para cada uno de los shiíes juzgados en Madrid
La Audiencia Nacional dictó ayer sendas penas de 23 de años de prisión contra Mohamed Kahir Abbas Rabal y Mustafá Alí Jalil, por el intento de asesinato del diplomático libio Mobamed Ahmed Idris, realizado en Madrid el 12 de septiembre de 1984, en la confluencia de las calles Tormes y Segre. El juez ha apreciado los delitos de asesinato frustrado, tenencia ilícita de armas y daños, pero no el de pertenencia a banda armada, en relación con los dos shiíes, cuya liberación exigieron, hace días, los secuestradores del avión de la TWA trasladado a Beirut.
La Audiencia Nacional rechaza de plano en la sentencia la eximente de obediencia debida, en la que el abogado Juan Manuel Olarleta basó la defensa de sus representados, porque, según el juez, no hay autoridad legítima para ordenar una muerte ni deber de obediencia en "una banda o grupo armado violento, que actúa normalmente al margen de la ley". Sin embargo, y pese a considerar probado que los dos shiíes pertenecían al grupo Amal-Brigadas Musa Sadr, la audiencia no ha tenido en cuenta el delito de pertenencia a banda armada, porque, razona la sentencia, no fue cometido en España sino en Líbano.En Líbano, mientras, sigue sin atisbarse una salida rápida a la crisis provocada por la retención de 40 rehenes norteamericanos desde el pasado día 14. Ayer, la Casa Blanca anunció que el presidente Reagan está dispuesto a ordenar el bloqueo naval y aéreo de Beirut en los próximos días si las gestiones diplomáticas no logran la liberación de los rehenes. Ronald Reagan, aunque preocupado por la falta de resultados y apremiado por una opinión pública que comienza a impacientarse, ha optado por darse unos días y dar tiempo a las acciones diplomáticas antes de pasar a la acción y tomar represalias.
La Casa Blanca explicó anoche que las acciones proyectadas -fundamentalmente el cierre del aeropuerto de la capital libanesa y el bloqueo de su puerto, contando con el apoyo de los aliados- no tienen necesariamente que ejecutarse mediante una acción militar, aunque anunció que "no excluimos nada".
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