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Dos atracadores cercados por la policía matan al director de una sucursal bancaria en Valencia y hieren a dos personas

MANUEL MUÑOZEnrique Vicente Víctor Aucejo, director de una sucursal del Banco General en Valencia, de 30 años, casado, resultó ayer muerto de un disparo en la cabeza durante un atraco. Otros dos personas, Ángel Sánchez Mejías, de 46 años, y Antonio suárez Cimadevilla, de 21, empleados en un bar próximo al banco, resultaron heridos de gravedad y se encuentran ingresados en el Hospital Clínico de Valencia. La policía consiguió detener a uno de los dos autores del atraco, Jesús Oteo Juliá, de 35 años, con un botín de 1.656.000 pesetas y documentación falsa. El otro, que fue quien hizo los disparos, consiguió escapar.

Según la versión oficial de los hechos, el disparo contra el director del banco se produjo antes de la intervención de la policía. No obstante, testigos presenciales aseguraron a este periódico que ello ocurrió cuando los atracado res huían encañonándole y una vez que varios miembros de la policía efectuaron disparos al aire.Según la versión oficial, sobre las 13.50 horas de ayer sonó la alarma de la oficina del Banco General, perteneciente al grupo Banesto, situada en la calle del Cronista Almela y Vives, número 9, esquina con la avenida de Menéndez Pelayo. Se dirigieron allí dos coches Z que en un primer momento observaron el interior del banco desde fuera.

Después, salieron los dos atracadores, sujetando cada uno de ellos a un rehén, uno de los cuales era el director de la sucursal, y encañonándoles en la cabeza con sendas pistolas. Siempre según esta versión, ya en la calle uno de ellos disparó contra el di rector y huyeron. Dos hombres jóvenes, propietarios del bar St.John's, que se encuentra frente al banco manifestaron a este periódico que vieron cómo los policías miraban hacia el interior del banco, con metralletas en la mano. Poco después salieron los atracadores con los rehenes y cuando se ale jaron unos pasos, los policías "dispararon unos cuantos tiros al aire, y se ve que uno de los atracadores se puso nervioso, le disparó al director del banco y le saltó los sesos". Estos testigos aseguran que a partir de ese momento cada uno de los atracado res huyó en una dirección y se entabló un tiroteo. La policía, siempre según esta versión, disparó ya con la intención de herir a los atracadores y ocasionó diversos impactos de bala en vehículos aparcados junto a las aceras.

Fue entonces cuando el atracador que no ha sido detenido se dirigió al bar Montecristo, en la calle de Ramón Gordillo, perpendicular a la avenida de Menéndez Pelayo. El cocinero del bar, Antonio García, indicó a este periódico que se encontraba en ese momento en la cocina y al oír las ráfagas en la calle pensó que se trataba de tracas.

"Salí a la barra", precisó "y ví que había entrado un hombre con una pistola- en la mano que dijo: '¿Ese coche de quién este? Entonces disparó en la boca al hijo del dueño". El cocinero señaló que en ese momento se ocultó en el interior del bar, al igual que hiceron otras personas que estaban allí: "Lo que hice fue esconderme porque vi que estaba loco; fue una cosa increíble".

Testigo

El atracador decidió tomar como rehén a Angel Sánchez Mejías, que se encontraba en ese momento sirviendo las mesas. Se lo llevó hacia la calle y, según la versión dada a este periódico por un joven, vecino de la misma calle, que presenció los hechos desde el balcón de su vivienda, tras un intento fallido de hacerse con un primer coche a punta de pistola, el atracador consiguió robar un Renault modelo Fuego que acababa de estacionarse junto a la acera, ocupado por dos mujeres y un hombre.

Atracador y rehén subieron al coche con una de, las mujeres, que lo conducía. El camarero se arrojó del coche al detenerse éste ante un semáforo en rojo, en la avenida de Blasco Ibáñez, unos centenares de metros más allá del bar, muy cerca del Hospital Clínico, donde fue internado, ya que tenía una herida de bala en el muslo derecho. Sánchez Mejías manifestó a EL PAÍS en el Clínico que se sintió herido antes de subir al coche, aunque no puede decir quién le disparó ni en qué momento.

Según manifestó Antonio García, el cocinero, dos hombres jóvenes entraron al bar poco antes de que se produjese el atraco y pidieron dos cervezas. Casi inmediatamente las pagaron y se marcharon sin bebérselas. Sospecha por ello que podría tratarse de los atracadores, aunque dijo que no podría asegurar si uno de ellos es el que luego entró al bar con la pistola.

De acuerdo con la versión oficial, el atracador que robó el Renault Fuego abandonó este vehículo y a su conductora, después de haber colisionado con varios coches aparcados. Intentó coger un taxi, siempre con la pistola en la mano, pero su conductor, quizá por los nervios, tardaba en ponerlo en marcha, por lo que optó por sustraer un Citroen, tras amenazar con la pistola a su propietario. Este coche fue hallado por la policía, abandonado, en la calle de Farinós, con manchas de sangre en su interior, por lo que se piensa que el atracador está herido.

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