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UGT aprobará nuevas movilizaciones si el Gobierno no acepta sus tres condiciones básicas en la ley de pensiones

La Unión General de Trabajadores no considerará cerrados los temas de Seguridad Social mientras el Gobierno mantenga su filosofía de congelar futuras reformas del sistema. Sin embargo, admite que si se acepta modificar los tres puntos más conflictivos del proyecto de pensiones -revalorización, período de cálculo y efecto de expulsión- se daría un primer paso para recomponer el clima de diálogo. En caso de que no hubiera acuerdo en estos puntos, la central socialista se vería obligada a aprobar nuevas medidas de presión contra el Gobierno en el comité confederal que se celebrará el próximo día 27.

La UGT confirmó ayer que estaba dispuesta a dar su visto bueno al proyecto de pensiones, siempre que se acepten modificar los tres puntos más conflictivos de la propuesta del Gobierno: que la revalorización sea en la misma cuantía de la inflación real para las pensiones más bajas, que los trabajadores que se queden sin pensión con la nueva ley pasen directamente a cobrar la pensión asistencial (14.000 pesetas al mes), y que se establezca un sistema de cálculo que evite el recorte inicial en las prestaciones.En caso de que no hubiera acuerdo en estos temas, el comité confederal, máximo órgano entre congresos, que se reunirá el próximo viernes, aprobará nuevas medidas de presión, según aseguró ayer Antón Saracíbar, secretario de organización de la central socialista.

De los tres puntos citados, en los dos primeros no parece haber especiales dificultades. El PSOE, a través del Grupo Socialista introducirá dos enmiendas para que en una disposición adicional se recoja el compromiso de revalorizar las pensiones mínimas en la misma cuantía de la inflación real, y para que los expulsados del sistema puedan pasar a las pensiones asistenciales.

Neutralidad del sistema

Las dificultades siguen estando en establecer una fórmula de cálculo de las futuras prestaciones que garanticen una reforma neutra. Es decir, que independientemente del sistema a utilizar, la cuantía de la pensión sea la misma con el proyecto del Gobierno o con el actualmente en vigor. El Ejecutivo no parece muy dispuesto a aceptar esta modificación que evitaría uno de los principales objetivos perseguidos por la reforma: el ahorro en el gasto. Aunque siempre cabe la posibilidad de encontrar una fórmula intermedia.En cualquier caso, UGT ha mostrado su disposición a reabrir el clima de entendimiento con el PSOE y el Gobierno. Antón Saracíbar y José María Zufiaur, insistieron ayer en este punto tras la reunión que mantuvo la ejecutiva de la central socialista. Pero una cosa es abrir el diálogo y otra que se llegue a un acuerdo en la reforma. Zufiaur señalaba a este respecto que "con la aceptación de los tres puntos no se puede decir que haya acuerdo, pero se habrá dado un paso importante". La UGT, cumpliendo la resolución de su último comité confederal, no movilizaría contra el Gobierno, pero seguiría -y sigue- insistiendo en la reforma global. Reforma global que exige, según José María Zufiaur, revisar algunas partes de la Ley de Sanidad o reabrir conversaciones para reformar la estructura de gestión y financiación del sistema.

Los deseos expresados por Zufiaur no se corresponden con lo que el Gobierno está dispuesto a aceptar. Desde distintas áreas del Ejecutivo se ha reiterado que no habrá nuevas reformas y que el Gobierno socialista da por cerrada de momento cualquier actuación en la Seguridad Social con el actual proyecto de ley.

Desde esta óptica, resulta lógica la afirmación de Saracíbar: "Aceptándose estos tres puntos, lo que se abre son posibilidades de seguir negociando, de desarrollar el Acuerdo Económico y Social en todos sus temas, tanto en la parte presupuestaria de 1986, como en aquellos aspectos (patrimonio sindical o participación en empresa pública) que han quedado pendientes".

Próxima reunión

Antes de la reunión del comité confederal, el próximo viernes, tendrán que haberse reunido oficialmente UGT y el PSOE -o el Gobierno- para concretar los términos del acuerdo en los tres puntos conflictivos. El comité reviste especial importancia porque además tendrá que aprobar la propuesta de la ejecutiva para que Saracíbar asuma las tareas de acción sindical, dejadas vacantes con la dimisión de José Luis Corcuera.De aceptarse, Antón Saracíbar sería el hombre que posiblemente más poder ha reunido en sus manos en toda la historia de UGT. El hecho resulta más significativo si se tiene en cuenta que él es quien ha negociado los términos de un acuerdo que pueden poner fin a uno de los más dolorosos enfrentamientos entre UGT y el PSOE. Saracíbar ha mantenido contactos frecuentes y directos con Txiki Benegas en estos últimos días, intentando recomponer el clima de relaciones entre ambas organizaciones. Producto de estos contactos es su intervención en el comité confederal del PSOE y la oferta de diálogo a la UGT.

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