Una reforma polémica

Las razones esgrimidas por los sindicatos convocantes de la huelga general de ayer (CC OO, USO, ELA-STV, CNT y algunos sectores de UGT) se basan en la reforma del sistema de pensiones planteada por el Gobierno. Los primeros síntomas de la polémica arrancan del fracaso de la comisión creada en el Acuerdo Económico y Social (AES) para estudiar la reforma de la Seguridad Social. Cuando apenas se había celebrado media docena de reuniones, UGT las dio por finalizadas, y expresó su rechazo a las propuestas gubernamentales.La reforma de las pensiones, origen de esta cascada de acciones, supone un endurecimiento de los requisitos para tener acceso a las prestaciones y reduce su cuantía inicial. El período mínimo de cotización para tener derecho a pensión se amplía de los 10 años actuales a 15.

La segunda de las modificaciones más polémicas es el nuevo sistema de cálculo de la pensión. Hasta ahora el trabajador podía elegir, dentro de un período de siete años, los dos consecutivos que más le interesasen; es decir, aquellos en los que su cotización había sido más alta. Con el proyecto del Gobierno, la futura prestación se calcula tomando los últimos ocho años de vida laboral, revalorizando los seis primeros y dejando los dos últimos en su valor nominal. En el caso de que en alguno de esos ocho años el trabajador no hubiera cotizado, se considerarán las bases mínimas, independientemente de su categoría profesional. Este sistema provoca, en líneas generales, una reducción de la cuantía inicial de las prestaciones.

El Gobierno, como contrapartida de las reducciones, ha introducido la cláusula de revisión anual a tenor de la inflación prevista, y ha subido las pensiones asistenciales hasta las 14.000 pesetas, frente a las 11.000 actuales.