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Los servicios secretos italianos sugirieron a Alí Agca la 'pista búlgara', según un arrepentido de la Camorra

Juan Arias

JUAN ARIAS, Giovanni Pandico, el superarrepentido de la Camorra napolitana, brazo derecho de Raffaele Cutolo -uno de los principales jefes mafiosos, ahora encarcelado-, declaró ayer que la llamada pista búlgara del atentado contra el papa Juan Pablo II le fue sugerida al turco Alí Agca por los servicios secretos militares italianos implicados en la logia Propaganda Dos (P-2) de Licio Gelli. La explosiva declaración, nuevo capítulo en este proceso del siglo, que parece más bien una novela por entregas con su porción de suspense, apareció ayer en una entrevista hecha por el semanario L'Espresso a Pandico en la cárcel de Nápoles.

El famoso arrepentido, que con sus confesiones ha llevado ya a la cárcel a más de 200 personas -entre ellas al famoso presentador de la televisión Enzo Tortora, diputado radical del Parlamento Europeo-, dice que ya nada tiene que perder, puesto que la Camorra le ha asesinado prácticamente a toda su familia, incluida su madre, muerta recientemente por la explosión de una carga de dinamita.Pandico asegura que dirá "todo". Más aún, que lo está ya diciendo ante el juez. Ha querido anticipar al semanario italiano algunas perlas de sus declaraciones ante los jueces. La más llamativa se refiere al atentado contra el Papa. La historia contada por Pandico ocurrió en la cárcel de Ascoli Piceno, la primera a la que fue destinado Alí Agca tras su condena a cadena perpetua por el tribunal de Roma.

En aquella cárcel, dominada por la Camorra, estaban Cutolo y Pandico. "Hicimos en seguida amistad con Alí", dice el arrepentido. "Estaba asustado, no sabía italiano, no tenía ropa, estaba rapado al cero y recluido en una celda sucia. Podíamos hablar con él sólo con gestos. Y decidimos echarle una mano". Pandico reconoce que, por supuesto, no lo hicieron desinteresadamente. "Queríamos afiliarlo a la Camorra, pues podía habernos sido un buen killer dentro de las cárceles. Lo vestimos de pies a cabeza, hicimos que le llevasen un televisor a su celda y que le pusiesen moqueta en el suelo. Le mandamos libros y diccionarios".

Era a primeros de 1982. Los camorristas se enteraron en aquel momento de que su jefe Cutolo iba a ser trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Asinara, en Cerdefia. Más aún, que existía un compló para asesinarlo durante el viaje. "Lo supimos" dice Pandico, "gracias a nuestro amigo el director de la cárcel, Cosimo Giordano". Entonces decidieron "ponerse en contacto, a través del abogado Madonna, afiliado a la Camorra, con el general Pietro Mussumecci, número dos del SISME (servicios secretos militares italianos)", hoy encarcelado y sometido a proceso en Roma, acusado de haber camuflado las pruebas, entre otras cosas, del proceso por el atentado en la estación de Bolonia del 2 de agosto de 1981, que produjo 82 víctimas.

El día 1 de marzo, el general Mussumecci se presentó en persona en la cárcel. "En una habitación", dice Pandico, "sentados frente a una mesa, hablamos desde las seis de la tarde hasta medianoche". Le pidieron que se aplazase el traslado de Cutolo. El general implicado en la logia de Licio Gelli respondió: "Yo os hago este favor si vosotros me hacéis otro: que me ayudéis a convencer al turco Alí Agca para que se arrepienta". En ese momento, según Pandico, Mussumecci sacó del bolsillo un papel en el cual figuraban ya todas las razones que el terrorista turco debería alegar para su arrepentimiento. Pandico añade que "en aquel papel se hablaba ya de Bulgaria y de la Unión Soviética".

Acoso a Agca

Los camorristas aceptaron el trato y empezaron el acoso a Alí con la ayuda, dice Pandico, "del capellán de la cárcel, Mariano Santini, y del mariscal Guarracino, ambos afiliados a la Camorra". Llamaron a Agca y empezaron el lavado de cerebro. Le explicamos que mientras en Turquía podrían condenarlo a muerte, en Italia todo se podría, arreglar gracias a la ayuda de Mussumecci". Y añade que Alí estaba en unas condiciones, tales que "hubiese firmado cualquier cosa. Lo amenazamos también veladamente, pero en realidad no hacía falta". A cambio de este trabajo, los camorristas obtuvieron lo que deseaban: el aplazamiento del traslado de Cutolo y varios favores más.

Cuando se le pregunta bajo qué excusa se presentó Mussumecci en la cárcel, Pandico dice que llegó "sólo como un asistente social".

A mitad de abril, Mussumecci volvió a la cárcel. "Nosotros estábamos contentos", dice Pandico, "por lo que nos había hecho, y él, por lo que nosotros habíamos conseguido de Agca. Me dijo: 'cada uno ha obtenido su, parte'. El superarrepentido declaró ayer desde su jaula del proceso de Nápoles, donde figura como acusado, que todo lo que ha declarado a L'Espresso es cierto y que está,dispuesto a arriesgar su vida por defenderlo.

En el otro proceso famoso, el de la pista búlgara, Alí estuvo durante la sesión de ayer muy afectado por estas revelaciones. Los jueces de los acusados búlgaros pidieron en seguida que sea convocado Pandico para declarar en este proceso. El tribunal, tras haber interrumpido la sesión, pidió por el momento que el texto de la entrevista de L'Espresso pasase a las actas oficiales y que más tarde se decidiría si convocar o no a Pandico.

Alí pudo ver ayer, junto con el tribunal y la Prensa, la proyección en el aula de las películas inéditas hechas por algunos aficionados en la plaza de San Pedro la tarde del atentado. Alí estuvo confuso. Se le veía abatido. Rectificó varias veces. Sus afirmaciones durante toda la mañana fueron: "puede ser", "quizá", "no estoy seguro", "puedo equivocarme". Ninguna declaración ayer de divinidad.

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