LOS 42 DEL CONCEJO DE TARAMUNDI

Las hemerotecas de La Habana conservan en sus archivos un periódico que editaban los emigrantes de Taramundi con el mismo título que el nombre de su concejo. Sin embargo, en España no resulta fácil localizar en el mapa a este conjunto de 42 aldeas que con un topónimo semejante y tan sólo 1.250 habitantes se esconde en los confines occidentales de Asturias. Muchas de las calas donde nacieron los emigrantes a Cuba se mantienen abandonadas. Algunas son viejos molinos o pequeñas centrales hidráulicas en desuso por la invasión de los grandes complejos eléctricos. Con estos recursos naturales Taramundi ha mantenido viva una tradición insólita en este rincón alejado -por 183 kilómetros. de la capital- de los grandes centros industriales asturianos: es la fabricación de cuchillería y navajas de la que aún viven 24 artesanos. Taramundi cuenta además con hermosas casas solariegas dispersas por todo el concejo a donde se accede en bicicleta desde Vegadeo, casi a la misma velocidad que en coche; 50 minutos pedaleando y 20 menos en coche si se logra sortear los grandes camiones madereros que acaparan la angosta carretera abierta en 1936 contra la frondosa vegetación. Los tres ríos que surcan el concejo afluyen al Eo después de recibir los desoves de los mejores salmones y truchas de la cuenca cantábrica. Molinos, cuchillos, ríos, casas solariegas y un clima templado son los ingredientes que han contribuido a que el Gobierno del Principado, a través del Instituto de Fomento Regional y la Secretaría de Turismo, seleccionara a Taramundi corno concejo piloto de rehabilitación rural.