Kohl y Strauss reavivan la polémica sobre el revanchismo alemán
La firme decisión del canciller federal alemán, Helmut Kohl, de participar en la reunión anual de los emigrados de Silesia el próximo domingo y un discurso del jefe del Gobierno bávaro, Franz Josef Strauss, en el que ponía en duda la irreversibilidad de las actuales fronteras germano-polacas, han reavivado la controversia sobre el supuesto irredentismo y revisionismo de Alemania Occidental y han provocado un fuerte malestar en los países de Europa oriental.En un discurso pronunciado en la sede de la legación bávara en Bonn, Strauss negó el carácter vinculante de los tratados firmados por la República Federal de Alemania con los países del Este europeo, salvo en la expresa renuncia a acciones violentas. Según el líder socialcristiano, la firma de acuerdos con el Este no equivale al reconocimiento de las fronteras surgidas tras la última guerra.
El dirigente bávaro afirmó que Alemania sigue existiendo "en las fronteras de 1937", lo que incluye los territorios de Silesia, que fue entregada a Polonia tras la caída de la Alemania nacionalsocialista. Declaraciones similares por parte de dirigentes democristianos de la RFA provocaron el pasado año una violenta campaña del Este contra el revanchismo de Alemania Occidental. Toda puesta en tela de juicio de las fronteras surgidas de la última contienda sobre suelo europeo es interpretada en el Este como una agresión a la distensión. Aquí, incluso coinciden las opiniones de la Iglesia polaca con el régimen del general Wojciech Jaruzelski.
En declaraciones al semanario germanooccidental Die Zeit, el cardenal primado de Polonia, Josef Glemp, denunció la creciente influencia que están adquiriendo en Bonn las organizaciones de expulsados de los antiguos territorios alemanes en el Este de Europa y atacó "estas tendencias revisionistas".
A pesar de las duras críticas de la oposición socialdemócrata y de los verdes, el canciller Kohl participará el domingo en la reunión anual de los expulsados de Silesia, la mayor organización de los cerca de 13 millones de alemanes expulsado! del Este. Esta organización es considerada como mayoritariamente ultraderechista.
Desde 1960, todos los cancilleres de la RFA se habían distanciado de estos encuentros. La Prensa de Varsovia y Moscú ha lanzado ya duros ataques contra esta participación de Kohl en lo que califican de "festejo revanchista".
