El día más largo
La muy apretada jornada comunitaria para el Gobierno español comenzó a las ocho de la mañana en Madrid, momento en el que fueron llegando al pabellón de Estado del aeropuerto de Barajas los 17 miembros de la delegación española, más los numerosos acompaftantes y la representación de periodistas -una treintena- que les acompañaron a Lisboa. El avión en el que viajaron era un DC-8 militar.La delegación española fue prácticamente la última en llegar al aeropuerto de la capital portuguesa, en la que ya se encontraban aparcados los aviones de los diferentes Gobiernos comunitarios. De ahí, directamente, se trasladaron al monasterio de Los Jerónimos -Felipe González, Fernando Morán, Manuel Marín y los embajadores de España en Bruselas y en Lisboa, en helicóptero-, en el que se celebró la firma lisboeta del tratado de adhesión. La ceremonia duró aproximadamente una hora y media, después de la cual los 36 firmantes del tratado se dirigieron al palacio de Belén, sede de la Presidencia de la República portuguesa, donde fueron recibidos por el presidente, Antonio Ramalho Eanes.
Los 36 firmantes regresaron de nuevo, a las dos de la tarde, al monasterio de Los Jerónimos, donde les ofreció un almuerzo el primer ministro portugués, Mario Soares. A partir de ese momento comenzó prácticamente la jornada española. Varios pasillos aéreos quedaron reservados entre Lisboa y Madrid, para posibilitar la llegada a tiempo de los aviones de los mandatarios de la CEE, así como del Airbús-300 fletado por la Comisión Europea desde Bruselas.
Tomar una ducha
Todas las delegaciones, con el tiempo justo para tomar contacto con sus embajadores en la capital de España, se dirigieron rápidamente -utilizando un carril especialmente reservado en la autopista de Barajas- a los hoteles Ritz y Palace, con el tiempo justo para tomar una ducha y cambiar su indumentaria. A partir de las 19.15 horas, quedó cerrada al tráfico la zona comprendida entre la Carrera de San Jerónimo, la Puerta del Sol y la calle Mayor, para facilitar el acceso -con medidas de seguridad acentuadas tras los atentados- hasta el Palacio Real.
Al igual que en Lisboa, la ceremonia -que empezó a las 20.30 horas- se alargó durante hora y media, al término de la cuál se celebró una cena, ofrecida por los Reyes de España en el mismo Palacio Real, a la que asistieron 132 personas. Más de 2.000 policías se encargaron de la seguridad de los asistentes a la ceremonia, de acuerdo con un dispositivo global elaborado hace varias semanas. El Tratado de Adhesión de España y Portugal a la CEE prevé el ingreso efectivo el 1 de enero de 1986. Siguiendo el orden alfabético rotativo para la Presidencia de la CEE, a Portugal le correspondería presidir seis meses después de su entrada. El primer ministro portugués, Mario Soares, señaló en Lisboa que confia en que en Madrid pudieran festejar ese acontecimiento en un tablao flamenco, en vista de la falta de tiempo para hacerlo en la capital lisboeta.
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