El Consejo de Europa estudia el impacto de las carreteras en la vida silvestre

Varias decenas de miles de animales mueren todos los años en las carreteras arrollados por vehículos. Solamente en Francia las estadísticas aseguran que se atropellan anualmente unos 3.000 ciervos, corzos y jabalíes. Los accidentes, que a menudo causan también víctimas humanas, suponen una sangría constante para los efectivos numéricos de las poblaciones de animales salvajes. Este tema ha sido objeto de una reunión internacional de expertos que ha tenido lugar los días 5, 6 y 7 de junio en la sede del Consejo de Europa en Estrasburgo.No sólo los grandes mamíferos se ven afectados por este fenómeno, también numerosas especies de aves, reptiles, anfibios y pequeños mamíferos son aplastados por las ruedas de los coches. Las rapaces nocturnas (mochuelos, lechuzas o búhos) son particularmente vulnerables y se cita el atropello como una de las principales causas de inmortalidad de los armiños y las comadrejas.

Aparte de recomendar medidas obvias de protección -tal como que no se construyan carreteras por zonas de alto interés natural- la conferencia sugirió la construcción de puentes especiales para los movimientos de grandes mamíferos y mejoras en el diseño de los canales de desagüe de las autopistas para evitar que éstos se conviertan en trampas para los pequeños vertebrados.