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Reportaje:

Costa Rica pide a Contadora que medie en su conflicto fronterizo con Nicaragua

El presidente de Costa Rica, Luis Alberto Monge, ha pedido una reunión extraordinaria del Grupo de Contadora para analizar la situación de emergencia que se registra en su frontera con Nicaragua. El Gobierno sandinista acepta esta mediación para aclarar un conflicto del que responsabiliza a las guerrillas de Edén Pastora. El viceministro mexicano, Ricardo Valero, ha manifestado que el Grupo de Contadora está preparado para actuar, ya que tiene el instrumento necesario en la comisión mixta creada hace un año.

El contencioso actual entre Nicaragua y Costa Rica tiene su origen en un ataque contra dos patrullas de la Guardia Civil costarricense, ocurrido el pasado viernes, con saldo de un muerto y seis heridos. El Gobierno de San José acusa directamente a Managua, mientras que el ministro nicaragüense de Defensa, comandante Humberto Ortega asegura que ningún soldado sandinista cruzó el río San Juan. Según sus palabras, combatientes de la antisandinista Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) montaron la embosca da para enturbiar las relaciones entre ambos países.ARDE rechazó ayer las acusaciones sandinistas de haber provocado el ataque.

En un mensaje retransmitido el domingo a todo el país por radio y televisión, Monge calificó esta versión de falaz y mantuvo en todos sus términos la acusación contra Nicaragua. Al mismo tiempo anunció la presentación de una denuncia formal ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y el propósito de reducir al mínimo las relaciones diplomáticas con su vecino. El recién nombrado embajador en Managua no asumirá su cargo de momento.

Al presidente costarricense no le caben dudas de que fueron soldados sandinistas quienes abrieron fuego en Las Crucitas, en la margen sur del río San Juan, contra las patrullas de la Guardia Civil. Precisó que unos 20 soldados estaban emboscados en las colinas circundantes, dentro del territorio de Costa Rica, mientras un centenar más cubría su retirada desde suelo nicaragüense. El tiroteo se inició hacia las 16.30 y duró más de una hora. Según el mandatario costarricense, los atacantes utilizaron fusiles, ametralladoras, y morteros. Las patrullas habían sido destacadas a la zona para investigar denuncias sobre violaciones fronterizas.

El titular del Gobierno de San José no rehuyó detalles en su relato. Dijo que a los gritos de "¡No disparen, somos la Guardia Civil de Costa Rica.!" les contestaron con sonoras carcajadas, al tiempo que intensificaban el fuego. Monge se quejó de que el Grupo de Contadora no tiene voluntad política para frenar la agresividad militar de Nicaragua.

En su rosario de lamentaciones dijo que tampoco la OEA ha demostrado su disposición de aplicar los instrumentos creados por el derecho público americano, lo que supone una referencia implícita al militar Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca.

La escasa eficacia del Grupo de Contadora y la OEA le sirvieron para justificar la presencia de asesores militares norteamericanos en Costa Rica, a fin de crear dos batallones de reacción rápida. Monge no ve ninguna contradicción entre este hecho y la abolición constitucional del Ejército. "La policía debe responder a desafíos cada vez más duros por el peligro constante de que la guerra civil de Nicaragua se desborde sobre nuestra frontera". Añadió que su Gobierno preservará la paz sin caer en el militarismo.

El jefe del Ejército sandinista en la zona del río San Juan, comandante Roberto Calderón, dijo que sus tropas habían desalojado en la última semana los campamentos de ARDE en San Miguelito, Agua Fresca y Machuca. Cuando se encontraban el viernes en este lugar escucharon un fuerte tiroteo en la zona de Las Crucitas, que dista unos cinco kilómetros, a la que se habían replegado las guerrillas.

El ministro nicaragüense de Defensa, Humberto Ortega, presentó a los periodistas una cinta en la que un guardia civil le comunicaba por radio a otro que Tito Chamorro, uno de los comandantes de ARDE, había denunciado la presencia de tropas sandinistas en Las Crucitas. Esto sirvió de trampa para atraer a las patrullas y atacarlas. En el incidente habrían muerto varios guerrilleros, cuyos cadáveres fueron retirados rápidamente para ocultar pruebas, según la versión de Managua.

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