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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Alta música y virtuosismo orquestal

Los dos conciertos de la Sinfónica de Dallas, dirigidos por su maestro titular, el mexicano Eduardo Mata, han evidenciado la calidad de una orquesta que es preciso situar inmediatamente después de las más grandes y míticas con que cuenta Estados Unidos. Orquesta brillante, formada por instrumentistas de excelente técnica y cohesionados con flexibilidad, como lo demostraron en el gran ejercicio sinfónico que son las Variaciones Purcell, de Britten.Fundada a comienzos de siglo, por el pupitre principal de la Sinfónica de Dallas han desfilado, como titulares, nombres de tanto prestigio como Dorati, Kletzki, Solti o Rufold. Desde 1977 dirige la entidad Eduardo Mata, un director de éxito y un músico profundo y completo. Bien se advirtió en el análisis que, a oídos vistas, hizo de la Primera sinfonía de Mahler hasta encontrar y transmitir 16 esencial y más difícil: la construcción sinfónica de estilo narrativo a través de un proceso en el que resulta imprescindible contarlo todo, explicarlo en su última intencionalidad y en su exteriorización sensible. Pocas, poquísimas veces hemos escuchado un Mahler de tan alta calidad y suprema belleza.

Orquesta Sinfónica de Dallas

Año Europeo de la Música. Ibermúsica. Solista: James Galway, flauta. Director: Eduardo Mata. Obras de Schubert, Lees, Mahier, Britten, Griffes, Rodrigo y Bartok.Teatro Real. Madrid, 30 y 31 de mayo.

Otro tanto podría decirse del Concierto para orquesta, de Bela Bartok, que, salvando todo lo salvable, algo conecta con el mundo narrativo, evocador y autobiográfico de Mahler. después de tan dramáticas experiencias como las vividas por Bartok, hay un momento en América que parece abrir su espíritu para que entre una oleada de serenidad y hasta de optimismo: es el momento del amarcord. La actitud es conocida y repetida en muchos creadores: mirar al pasado, afinar el oído y la memoria para escuchar los latidos del propio corazón y resumir lo que fueron, más que perdidos, tiempos sufridos. No se ha escrito aún el estudio que merece un tema angustioso: la vida dramática, la soledad sufriente de los maestros creadores del espíritu contemporáneo -Schónberg, Ravel, Falla, Janacek-. Una obra como el Concierto para orquesta, un cierto respiro después de la tremenda Música para celesta, nos da la expresión maestra y compleja de Bartok.

Ha de penetrarse en esa música con el bisturí en mano para llegar al fondo y exponer, con naturalidad, más que una partitura, un mundo personal y colectivo objetivado en música. Lo hizo Eduardo Mata y conmovió a todos, de ahí su éxito, pues los músicos de Dallas son capaces de servir, técnica y expresivamente, cuanto se les pide. Pocas veces se comenta un factor de las orquestas americanas verdaderamente envidiable, y más desde nuestra realidad: su formidable ritmo sinfónico, al que parecen renuentes las formaciones latinas. La Sinfónica de Dallas es un gran ejemplo de cuanto digo.

Ovaciones a Rodrigo

La Fantasía para un gentilhombre, de Joaquín Rodrigo, nacida para la guitarra de Andrés Segovia y basada en temática de Gaspar Sanz, ha pasado con estupenda acomodación a la flauta increíble de James Galway. El prodigioso sonido del artista irlandés (Belfast, 1939), su técnica paganiniana, su musicalidad incisiva, otorgaron a la obra rodriguera todo el encanto que alberga, todo el sabor de "vino viejo en odres nuevos". Las ovaciones a Galway y a Rodrigo, presente en la última fila de butacas (¿por qué?), así como a Mata y su orquesta, fueron tan largas como entusiastas.Con una tercera Sinfonía de Schubert, tocada con máxima pulcritud, pero con esa cierta desorientación que produce en las orquestas el estreno de acústica, dos obras americanas completaron los programas: un Concierto para metales y cuerda, del californiano Benjamin Lees (San Francisco, 1929), discípulo de George Antheil, pero no ligado a su estética, y un filoimpresionista Poema para flauta y orquesta, que Galway tocó con estilo candencioso y articulación preciosista, casi de orden vocal. Aplausos sin cuento y excelentes propinas: una hermosa instrumentación de la Chacona en mi menor, para órgano, de Buxtehude.

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