La Última película de Kurosawa abrió un certamen sin novedades
Ran (Caos o revuelta), el último filme del cineasta japonés Akira Kurosawa, inauguró el pasado viernes el Primer Festival Internacional de Cine de Tokio. Un certamen sin ninguna otra novedad -sólo es una selección de otros filmes internacionales premiados o distinguidos en otros festivales- aparte de una presentación de realizadores japoneses, prácticamente desconocidos para el público occidental.La película de Kurosawa originó gran expectación antes de su presentación, con asistencia de 3.200 personas, en el impresionante teatro de la cadena de televisión japonesa NHK. Expectación que no se vio corroborada con grandes aplausos o entusiasmo al término de una proyección de dos horas y 40 minutos. Ran, calificada como la obra maestra de Kurosawa por los productores Serge Silberman y Masato Hara -que inviertieron casi 12 millones de dólares en su producción- recuerda un poco Kagemusha, la anterior película del también realizador de los Siete samurais, por sus grandiosas escenas de batallas tratadas siempre con gran minuciosidad y realismo.
Kurosawa, de 75 años de edad, envió un mensaje a los organizadores del festival y al público, lamentando no poder asistir debido al cansancio originado por la producción de Ran, filmado en 210 días, que culmina 10 años de labor para el célebre director japonés.
Partiendo de la obra El rey Lear, de Shakespeare, y de la leyenda japonesa de Sanbon No Ya, Kurosawa traza la epopeya de un shogun (caudillo de la guerra) que ve arrebatados sus dominios por las peleas de sucesión entre sus tres hijos. Hiperdetallista en las escenas, donde la violencia es siempre tratada con estética o acompañada de música en vez de ruido de sábles, Kurosawa se complace en el color y la plástica de las luchas niponas de la edad media. También en algunas escenas sentimentales, intercaladas en el desarrollo de una historia bien hilvanada.
'Los zancos'
Entre las primeras reacciones de los espectadores, algunos vieron en Ran la obra que culmina la larga trayectoria del famoso director japonés, mientras otros destacaban que no aporta nada nuevo y que no es uno de sus mejores filmes. En cualquier caso, Ran es el único plato fuerte de ese insípido festival, donde sólo figuran filmes conocidos ya en Occidente, pero que nunca han sido distribuidos en Japón, entre ellos Los zancos, del español Carlos Saura.Para los jóvenes directores, únicos con acceso a premio, el Primer Festival Internacional de Cine de Tokio, que clausura sus proyecciones el 9 de junio, supondrá para el ganador la financiación de una nueva película. Para los críticos extranjeros la posibilidad de conocer algunas de las obras de jóvenes directores japoneses, como Nobuhiko Obayashi (Yo soy tú, tú eres yo), Masahiro Shinoda (Los hoos de MacArtur), Yoshimitsu Morita (Juego de familia) y, entre otros, Koichi Saito (Jongara).
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