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RECRUDECIMIENTO DE LA VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCO

Francia no va a adoptar nuevas medidas contra ETA

Soledad Gallego-Díaz

Desde un punto de vista político, las autoridades francesas han establecido una línea de conductas que piensan seguir y que, según fuentes oficiosas, se centra en tres puntos: protección de los residentes vascos españoles que, al margen de sus antecedentes, no desarrollen ahora actividades violentas; asignación de residencia forzosa en regiones apartadas del suroeste para casos más dudosos, y posibles expulsiones de. los activistas. más señalados.El Gobierno francés acaba de dar nuevas instrucciones a las prefecturas de policía en relación con los refugiados políticos en general, pero dentro de esa categoría no figuran prácticamente vascos españoles, a los que. el organismo autónomo encargado de conceder la documentación pertinente ya no considera refugiados La inmensa mayoría, por no decir la totalidad, de los vascos españoles que viven en Francia, poseen exclusivamente permisos de residencia, como los que se otorgan a cualquier emigrante o súbdito extranjero que acredite medios propios de subsistencia.

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París insiste en respetar la diferencia entre este tipo de residentes y los activistas violentos. "El Gobierno socialista francés protege a los extranjeros que residen en el país y que respetan las leyes y la neutralidad, pero no está dispuesto a tolerar que personas que disfrutan de esa protección, la utilicen con fines agresivos", insistió un alto funcionario del Ministerio del Interior. Según dicha fuente en esos casos, y una vez que ha sido. suficientemente comprobado, se procede a la expulsión del residente, bien sea hacia América Latina o África. Para sólo hace falta una decisión gubernativa.

En cuanto a la posibilidad de conceder nuevas extradiciones, parece actualmente muy remota, sobre todo después de- la puesta en libertad de dos de los tres presuntos etarras enviados de vuelta a España el año pasado. Las autoridades francesas se limitan a decir ahora que es muy difícil que la policía española presente pruebas concluyentes sobre la identidad de los autores de atentados sangrientos. Parece incluso que los responsables españoles han desistido de presentar nuevas demandas de ex tradición y concentran su interés en -la posibilidad de que París ordene, en algunos casos, expulsiones de su territorio.

Silencio impenetrable

Las autoridades francesas están por otra parte molestas por lo que consideran falta: de cooperación de la policía española en la lucha contra los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL)- aunque oficialmente todos los portavoces mantienen un silencio impenetrable. La policía gala estima que los Grupos Antiterroristas de Liberación cuentan con una mano armada francesa, reclutada entre la pequeña mafia, así como intermediarios también franceses, pero está convencida de que los organizadores y últimos responsables son españoles.

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Los servicios antiterroristas del sur de Francia tienen instrucciones para proteger a los residentes vascoespañoles, pero afirman que su tarea es extremadamente difícil si al otro lado de los Pirineos no existe una franca colaboración. "Comprendemos que los policías españoles estén muy afectados por los frecuentes asesinatos de sus compañeros. Si murieran tantos policías franceses, nosotros también estaríamos terriblemente preocupados", reconoce un responsable de Interior.

A título individual, gran parte de los policías franceses está convencido de que algunos de sus colegas españoles han proporcionado información a la mano armada francesa a fin de cometer atentados contra residentes vascos en España. Los servicios antiterroristas detienen en ocasiones a los autores materiales, pero pierden la pista en cuanto los indicios señalan a alguien que vive en España. "Suceda lo que suceda en el País Vasco español, nuestro deber es perseguir con igual empeño a los terroristas del GAL que a los activistas violentos de ETA", insisten las fuentes oficiosas.

A nivel político, París mantiene que el problema del terrorismo vasco es exclusivamente español y que Francia no tiene por qué dar consejos sino mantener una actuación clara, sin mezclarse en los asuntos internos de otro país.

Oficiosamente no es ningún secreto que las autoridades francesas verían con agrado y alivio cualquier iniciativa del Gobierno español para negociar el abandono de las armas por parte de ETA. Los responsables franceses siguieron con interés las ofertas que formuló inicialmente el Ministerio español del Interior y al-

Francia no va ha adoptar medidas contra ETA

gunos comentaristas franceses llegaron incluso a pensar que las extradiciones y expulsiones de terroristas vascos era una forma de presionar sobre ETA para que aceptara esa posible vía de negociación. Una vez que el diálogo se comprobó inexistente, París volvió a su postura inicial.Menor persecución

La situación de ETA en Francia parece haberse modificado en los últimos meses, siquiera coyunturalmente. Se insinua abiertamente que la Administración francesa ha suspendido algunas de las medidas que aplicaba sistemáticamente contra ETA y condicionado su colaboración policial a la desaparición de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), según informa desde San Sebastián José Luis Barbería.

Al parecer, el resurgimiento de los GAL con los últimos atentados indiscriminados en bares del. País Vasco francés y el asesinato de Javier Galdeano, corresponsal de Egin en la zona, sorprendieron e irritaron profundamente al Gobierno francés, que daba por supuesta la huida de escena de los cazarecompensas. Varias veces los mandos policiales franceses y el propio Alain Tourre, responsable de la lucha antiterrorista en los Pirineos atlánticos, han indicado que las actuaciones de los GAL dificultan la labor de control de refugiados etarras y convierten a éstos en víctimas a los ojos de la opinión pública francesa.

La irrupción de los mercenarios antiETA tuvo el efecto inicial de provocar ante la población vasco francesa una reacción contraria a los refugiados, "responsables en origen de la violencia de respuesta", pero la "segunda generación de los GAL", como les denomina la policía francesa, autores de los asesinatos de dos ciudadanos vasco franceses ha hecho que la población se sienta indefensa, blanco de un posible atentado indiscriminado, cuando ya los medios de comunicación apuntan claramente a la frontera española.

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