Guerras particulares del periodista

Soy lector asiduo del periódico que usted dirige, pero he de reconocer que desde el mes de abril me hastía leer, constantemente, incluso en primera página, su particular postura y las tensiones que está creando con el ministro del Interior, pues usted ha creído que esa cuestión particular entre EL PAÍS y el ministro es lo que interesa al pueblo, y desearía sacarle de su error, ya que las guerras particulares del periodista, por muy importante que sea, a nadie le interesan más que a los periodistas, que no son precisamente el centro del universo.Comprendo que usted no tenga toda la confianza que debiera en la justicia, pues yo tampoco la tengo, pero esto de ninguna manera me llevará a confiar más en los bocazas que escriben en los periódicos que en la justicia, al menos cuando veo que los periodistas o personas que trabajan en los periódicos se defienden más a sí mismos que a una sociedad a la que deben servir. Con lo que llegamos a una triste conclusión: si la judicatura adolece del mal del corporativismo, resulta que las personas que hacen los periódicos incurren en el mismo error, por lo que de ninguna forma comparto su especial criterio en la forma de interpretar su guerra privada con el Ministerio del Interior; sería mucho más serio admitir que los tribunales decidan lo que convenga al caso, pero, por favor, deje ya de molestar con su particular versión a los lectores de ese periódico que pretenden algo muy distinto.-