El senador socialista Antonio Rosa renuncia a su escaño por la reforma de pensiones

RODOLFO SERRANO, Antonio Rosa, senador socialista por Badajoz y secretario general de la unión provincial de UGT de esta misma provincia, ha renunciado a su escaño e irá a la manifestación del próximo día 4, convocada por la central socialista contra la reforma de las pensiones, según confirmó el propio Rosa a este periódico. La renuncia del dirigente sindical pacense es la primera que se produce entre los parlamentarios del PSOE. El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, que ocupa un escaño en el Congreso de los Diputados, había anunciado hace unos días que él no votaría a favor del proyecto de ley.

Antonio Rosa confirmó ayer su decisión de renunciar al escaño de senador, después de que la UGT extremeña aprobara las manifestaciones del próximo día 4 contra la reforma de las pensiones. El senador y dirigente sindical señaló que "no se han producido los cambios sustanciales que consideramos mínimos. Y tampoco parece que vayan a producirse. En consecuencia, yo iré a la manifestación del día 4. Iré, además, como secretario general de la UGT de Badajoz, lo que me lleva a renunciar a mi escaño, ya que no creo que ni pueda ni deba asistir a la misma como parlamentario".El dirigente sindical subrayó que "ante las dos opciones que se me ofrecían, mi puesto en el Parlamento o ser coherente con mi sindicato, he elegido en conciencia por la UGT". Las razones de Rosa para su renuncia coinciden en esencia con las esgrimidas por Nicolás Redondo, secretario general de UGT, quien había anunciado hace unos días que el proyecto del Gobierno le obligaba a elegir entre la fidelidad al partido y al sindicato y que, en este caso, su elección estaba clara, adelantando que él, personalmente no votaría favor del proyecto de ley en el Congreso. Redondo es diputado por Vizcaya.

La decisión de Antonio Rosa, si no esperada, ha venido precedida por su posición claramente contraria a la reforma propuesta por el Gobierno. Aunque Ros siempre procuró que sus opiniones no salieran a la opinión pública -"creo que, de momento, son temas internos que debo resolver en mi propia organización"-, en medios sindicales se comentaba que había sido un de las personas que con mayor vehemencia había planteado, tanto en UGT como en el PSOE, el problema ético que suponía para un dirigente sindical votar a favor de una ley que el sindicato

al que representaba consideraba lesivo para los intereses de los trabajadores.

Ya en el comité confederal en el que la UGT trató por primera vez la reforma de pensiones, Antonio Rosa sacó a debate esta cuestión, y, posteriormente, volvió a hacerlo en la reunión que el Grupo Socialista del Congreso y del Senado celebró días atrás. En ambas ocasiones, Rosa mantuvo un discreto silencio que rompió ayer al anunciar su renuncia.

Aunque se ha rumoreado al posibilidad de que otros parlamentarios socialistas -sobre todo los senadores que unen a su condición cargos de responsabilidad en UGT- tomen actitudes parecidas, hasta el momento ningún otro ha adelantado la postura que vaya a tomar en el debate parlamentario. Unos 50 diputados y senadores son a la vez dirigentes de la central socialista.