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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El festival de teatro de Sitges

He de reconocer, "con nobleza de corazón", que los 15 firmantes de la carta Las críticas al festival de Sitges (EL PAIS del 13 de mayo) tienen toda la razón del mundo. Si "un festival de teatro perfecto sería un aburrimiento total", no se preocupen, no hay peligro, porque, si de eso se trata, el festival de Sitges está en las mejores manos para convertirse en el más maravilloso, en el más hermoso, en el más apasionante, en el más excitante, en el más refrescante, en el más divertido, en el más atractivo, en el más más de todo de Europa y parte del extranjero.Tienen razón, mucha razón: el agua salada de Sitges es dulce, y si no que se lo pregunten a la gente de Sitges o a los vendedores de agua mineral, que están al borde de la ruina a causa de la sabrosa competencia de los grifos. Tienen razón, mucha razón. ¿Qué importancia tiene "una falta de ortografía en unos cartelitos", aunque esos cartelitos sean unos ridículos folios lamentablemente mal escritos con un rotulador agónico para anunciar la actuación de Josep M. Flotats en el festival? Pues ninguno, y si no que se lo pregunten a Flotats, que se llevó un par de ellos como recuerdo y prueba de algo tan increíble como tristemente cierto.

Tienen razón: en el festival de Sitges se vive "un enorme espíritu de fraternidad teatral", lástima que a la hora de ir al teatro haya tan pocos hermanos, que las plateas están siempre medio vacías. Y lástima que Sitges, la gente de Sitges, haya huido del festival, que viva absolutamente de espaldas a él, ajena por completo a ese "lugar de encuentro entre lo mediocre y lo genial". Pobre gente: años y años viviendo en Sitges y sin enterarse de que en su ciudad se celebra "uno de los festivales de teatro más atractivos de Europa".

Tienen razón: "la crítica teatral es un ejercicio de poder que supone mucha responsabilidad y delicadeza", Gracias por la lección. Si ustedes no me lo cuentan, yo no me entero. Gracias, señores del jurado, por explicarme lo que es de mí incumbencia y lo que no, lo que puedo y debo decir y lo que no; gracias por alumbrar mi ignorancia. Y siento profundamente que para poder dedicarme su precioso tiempo y sus generosos consejos tuvieran que sacrificar su placer de espectadores, escapándose -supongo que muy a pesar suyo- de uno, dos y tres y más espectáculos, aprovechando el hueco disimulado de las medias partes.

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Tienen razón: lástima que otros optaran por salidas más estridentes, como el señor Joan Brossa, firmante de la carta, miembro del jurado Artur Carbonell y, por lo que suscribe, comisario cultural, que en ese espectáculo que citan, que a un servidor "no le gustó", se levantó en medio de la función y dijo "prou" y se largó. O ese otro señor, Rine Leal, firmante de la carta y miembro del jurado Cau Ferrat, que no se escapó del teatro, pero que durante todo el espectáculo del Teatro Nacional de Hungría durmió roncando sonoramente. Luego, el señor Leal no tuvo ningún problema para apoyar la concesión de un premio especial a uno de los actores de la compañía húngara.

Tienen razón: el Festival Internacional de Teatro de Sitges es "uno de los más atractivos de Europa" y, sin duda, el mejor de Sitges. Y el peor, claro. Pero tienen razón, y se han ganado con creces la invitación para el año que viene. Sí, ya sé que "un festival de teatro perfecto sería un aburrimiento total", pero ¿qué les parecería un perfecto festival de teatro? A muchos, y a la gente de Sitges en primer lugar, quizá les devolvería el gusto por el teatro, y el placer.-

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