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Las cajas de ahorro ganan cuota de mercado a los bancos en la captación de pasivo

Los depósitos de las cajas de ahorro han aumentado en 408.200 millones de pesetas durante los cuatro primeros meses del año, mientras que los bancos apenas los han incrementado en 32.000 millones de pesetas. Los recursos de clientes de las cajas eran de siete billones de pesetas y los de los bancos superaban los 11,1 billones. En algunos medios financieros existe cierta inquietud por el rápido crecimiento del pasivo de las cajas y la lentitud a que lo hacen los bancos.

La distinta evolución de los depósitos en bancos y cajas de ahorro, con un fuerte crecimiento en estas últimas entidades, desde hace practicamente un año, empieza a preocupar en los círculos financieros y en el Banco de España.Desde el mes de enero pasado las cajas han ganado más de un punto de cuota de mercado y, a menos que no surtan efecto las advertencias realizadas por parte de los máximos responsables de la autoridad monetaria, todo indica que la tendencia se mantendrá y que en un relativamente corto espacio de tiempo las cajas pueden tener el 40% del total de depósitos cuando hace poco tiempo parecía que existía la convicción de que las cajas no debían superar la cota de un tercio del sistema financiero.

Las razones que se dan para este importante crecimiento son varias. En primer lugar se señala que la banca, por lo menos durante la segunda mitad de 1984 y lo que va transcurrido de este año, comprendió que no podía mantener su actividad con el único objetivo de crecer en su balance. Desde el inicio de la baja de los tipos de interés los bancos han puesto su punto de mira en la cuenta de resultados, en su rentabilidad real, y no en el gigantismo de sus cuentas. Han renunciado a captar dinero, si este era demasiado caro, y han realizado recortes que empiezan a ser importantes en la retribución de su pasivo.

Las cajas de ahorro, por su parte, que mantenían retribuciones de su pasivo sensiblemente inferiores a los de los bancos, no los han modificado tan claramente y se han beneficiado de la reducción de sus competidores. En medios de las cajas de ahorro se señala que "ante dos tipos de interés relativamente iguales, los clientes prefieren depositar su dinero en las cajas, dada la mayor solvencia de estas entidades" o al menos el hecho de que no se han producido crisis como en el caso de los bancos.

La distinta estructura de las cuentas de resultados de las cajas de ahorro y de los bancos permiten a aquellas mantener una cierta política de retribución del pasivo algo distinta a la de los bancos. Las cajas apenas tienen riesgo industrial; no realizan determinadas operaciones de activo que absorben a mucho personal, como el descuento de letras; por contra tienen un personal mejor retribuido en media que la banca, aunque su número es menor relativamente.

Las otras vías

Estas razones no son suficientes para el Banco de España que en los últimos meses ha hecho varias advertencias a las cajas de ahorro para que se pongan en línea con el resto del sistema financiero en su política de abaratamiento de costes financieros, olvidándose de crecer a cualquier precio y dejando de lado operaciones de captación de pasivo a tipos por encima de lo que se considera aceptable en las actuales condiciones de mercado.Las mismas preocupaciones existen cuando se habla de los costes de personal de las cajas, dado que su retribución media es superior a la del resto del sector y que, sobre todo, continuan manteniendo el complemento de pensión para los empleados que se jubilen con una revalorización automática anual.

No obstante la baja de tipos de interés en las operaciones de activo y la atonía de la demanda de crédito de la economía española durante todo el año 1984, no justifican completamente el razonamiento de los bancos de rebajar sus costes de pasivo, aunque ello signifique perder cuota de un mercado muy poco activo en los últimos meses.

Los bancos, además de esto, han encontrado otras fórmulas rentables para controlar parte del ahorro interno sin que aparezca en sus balances totales. Desde el mes de enero hasta la actualidad los pagarés del Tesoro en manos del público, buena parte de ellos cedidos temporalmente por las entidades financieras en especial bancos, han pasado de 777.200 millones de pesetas a 1.054.400 millones de pesetas, es decir casi 350.000 millones de pesetas.

Moderar la expansión

Los empréstitos -que comprenden los bonos de caja y tesorería y los títulos hipotecarios- también han crecido mucho en los bancos durante este período y bastante menos en las cajas de ahorro. Los empréstitos de la banca superan en la actualidad los 623.000 millones de pesetas, en enero estaban en 567.800 millones de pesetas, y los de las cajas no llegan a los 400.000 millones, mientras que en enero suponían un total de 366.900 millones de pesetas.Esta fórmulas, en especial la cesión temporal de pagarés del Tesoro de los que tienen muchos títulos en sus carteras las entidades financieras, ha sido la fórmula más utilizada para reducir el coste medio del pasivo bancario y no engordar artificialmente sus balances para tener que seguir adquiriendo pagarés de rentabilidad decreciente desde hace ocho meses.

Los bancos han preferido entrar con fuerza en el proceso de desintermediación financiera a mantener crecimientos fuertes de su pasivo que no se habrían correspondido con incrementos similares en la inversión libre, que produce una rentabilidad más elevada. Han preferido obtener una rentabilidad más pequeña desintermediando el sistema financiero, mientras que las cajas, por su diferente estructura del balance puede seguir creciendo en volumen y mantener, al menos temporalmente, una cuenta de resultados más holgada.

En los próximos meses, y a la vista de las advertencias realizadas por el Banco de España para que las cajas de ahorro moderen su crecimiento del pasivo y atiendan por encima de todo al cumplimiento de su coeficiente de garantía, es bastante probable que la diferencia entre ambas partes del sistema financiero tiendan a acercar su tasa de crecimiento del pasivo. La existencia de una fuerte cantidad de pagarés del Tesoro en las carteras de los bancos facilitaría el mantenimiento de la desintermediación financiera.

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