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Procesado un comisario de policía en relación con las escuchas telefónicas a Sabater

La Audiencia Provincial de Madrid ha decretado el procesamiento de Alberto Elías Hernández, comisario jefe de la Brigada de Información Interior -dependiente de la Dirección General de la Policía-, como presunto autor de un posible delito de inridelidad en la custodia de documentos, en relacion con las escuchas telefónicas en el despacho profesional y domicilio de José María Sabater Codina, íntimo amigo y colaborador de José María Ruiz-Mateos.

El policía ha quedado en libertad provisional, aunque deberá comparecer en el juzgado todos los primeros de mes y cuando sea llamado. Además deberá depositar una fianza de 100.000 pesetas para asegurar las responsabilidades pecuniarias que pudieran derivarse del proceso.El delito por el que ha sido procesado el policía está castigado en el Código Penal con penas que oscilan entre los seis meses y un día de prisión menor y 12 años de prisión mayor, según se considere la gravedad del daño causado a José María Sabater.

La Audiencia Provincial ha dejado al juez en libertad de criterio para resolver sobre los pro cesamientos solicitados por el fiscal y por el abogado de Sabater, Carlos Usúa, para cinco periodistas del Grupo 16.

Según el relato del auto de procesamiento del comisario Elías, la Brigada de Información Interior solicitó, el 12 de enero de 1984, la intervención de los teléfonos del despacho profesional y del chalé que tiene en Madrid José María Sabater, amigo y colaborador del ex presidente de Rumasa, José María Ruiz-Mateos, porque se sospechaba que Sabater podría estar relacionado con unas actuaciones sobre compra y venta de armas que estaban siendo investigadas por la policía.

El Juzgado de Instrucción número 21 accedió a la intervención de los teléfonos y el 15 de febrero se solicitó la prórroga de las escuchas telefónicas, que también fue autorizada. Las escuchas finalizaron el 13 de marzo de 1984.

A partir del 4 de marzo, Diario 16 y, posteriormente, Cambio 16 publicaron diversos reportajes que afectaban a Sabater y a sus familiares y allegados.

El 11 de junio del mismo año, el juzgado ordenó la presentación de todas las cintas magnetofónicas grabadas con las intervenciones telefónicas, pero la orden no pudo llevarse a cabo, ya que las cintas habían sido destruidas por orden del comisario ahora procesado. Al juzgado se aportaron, sin embargo, transcripciones mecanográficas parciales que ocupaban un volumen de 22 folios.

El fiscal y Carlos Usúa afirman que el contenido parcial de las cintas fue divulgado a través de diversas ediciones de Diario 16 y Cambio 16, y consideran que "tales actividades pueden constituir un posible delito de revelación de secretos".

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