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Guerra firmará mañana en Budapest el primer acuerdo de extradición con un país del Este

ENVIADO ESPECIAL El vicepresidente del Gobierno español, Alfonso Guerra, realizó ayersus primeros contactos oficiales con la cúpula del Estado y del Partido Comunista de Hungría, en el marco de su visita oficial de tres días a Budapest, que se cerrará mañana con la firma de un acuerdo de extradición húngaro-español en materia de terrorismo, el primero que firma España con un país del Este europeo.

Guerra, que pasó la noche en un pabellón de caza del Estado en las cercanías de la localidad de Székesfehérvár, donde el miércoles asistió al encuentro de fútbol entre el Real Madrid y el Videoton, visitó por la mañana una cooperativa agrícola. El sistema de cooperativas agrarias en Hungría, potenciado desde el año 1968 con la introducción del nuevo mecanismo económico (NEM), ha logrado grandes éxitos en la producción de alimentos gracias a diversas fórmulas de incentivos y, junto a la pequeña explotación agrícola privada, es la clave de que los ciudadanos húngaros, gocen del mejor y más variado suministro de productos agrícolas de todo el Este europeo. Posteriormente, en esta misma ciudad de Hungría occidental, recorrió las instalaciones de la fábrica de camiones y autobuses Ikarus, uno de los productos húngaros de mayor pujanza en la exportación, tanto hacia el Este -la URSS compra en torno a los 7.000 autobuses Ikarus anualmente- como hacia Occidente. El fabricante español Pegaso está en conversaciones con Ikarus para estudiar la cooperación de ambas compañías en terceros mercados.

Por la tarde, el vicepresidente del Gobierno se entrevistó con Joszef Marjal, viceprimer ministro húngaro y responsable de la política económica. Marjai es uno de los artífices de la apertura económica de Hungría, que ha tenido como consecuencia una irrupción espectacular de la pequeña empresa privada en la economía de este país socialista. Budapest ha mostrado en los últimos años un enorme interés por intensificar sus relaciones económicas con España, que, sin embargo, no han aumentado en consonancia con los crecientes contactos políticos y culturales. De ahí que las autoridades económicas de este país consideren como un objetivo prioritario en sus conversaciones con el vicepresidente español el relanzamiento de los contactos comerciales. Aunque parece existir un creciente interés en España por este país, los 60 millones de dólares de intercambio comercial global son una cifra rayana en lo ridículo si se compara con las Intensas relaciones comerciales de Hungría con Francia o Alemania Occidental.

Alfonso Guerra se entrevistó ayer, asimismo, con el vicepresidente del Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH), Karoly Nemeth, que en el 13º congreso del partido fue nombrado para este cargo, hasta entonces inexistente, con el fin de relevar paulatinamente en sus tareas al máximo dirigente húngaro, Janos Kadar, quien, después de 29 años a la cabeza del partido, parece haber podido cumplir, al menos parcialmente, su explícito deseo de retirarse de la vida pública. Kadar no recibirá a Guerra, ya que se halla oficialmente de vacaciones. Fuentes del Mínisterio de Asuntos Exteriores húngaro desmintieron a EL PAÍS informaciones aparecidas en alguna agencia de noticias occidental, según las cuales Kadar se encuentra enfermo. La noticia se basaba en el hecho de que Kadar no recibió al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, siendo el único jefe de partido en el poder que no lo hizo, durante la gira del jefe de Estado sandinista por Europa oriental.

Nemeth, fiel colaborador de Kadar, es un hombre de la transición hasta que se clarifiquen los frentes en la sucesión definitiva, para la que ya se perfilan candidatos; algunos de ellos, críticos hacia las reformas económicas y políticas que han hecho de Hungría el país más liberal del Este. Las diferencias sociales han aumentado sensíbiemente en los últimos años, y al amparo de la liberalización económica y la empresa privada ha surgido una nueva clase con gran eapacidad adquisitiva, si bien la actual dirección está controlada por los reformistas. Hungría es miembro del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

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