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Tras la visita del presidente de Estados Unidos

La Administración considera positivo que EE UU reconozca el papel de España en Latinoamérica

El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, abandonó Madrid ayer, poco después de las diez de la mañana. Los Reyes de España acudieron al palacio de El Pardo, residencia oficial durante 41 horas del mandatario norteamericano, para recoger a Ronald y Nancy Reagan y acompañarles al aeropuerto. A la ceremonia de despedida, celebrada en el pabellón de Estado de Barajas, asistieron también el presidente del Gobierno, Felipe González, y los ministros de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, y Defensa, Narcís Serra. Fuentes diplomáticas españolas destacaron el hecho de que, por vez primera, un presidente norteamericano haya reconocido el papel de España en Latinoamérica.

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Otro aspecto positivo, destacado por la diplomacia española, es que se haya conseguido, "sin dramatismos", exponer los puntos de vista sobre seguridad y defensa recogidos en el decálogo expuesto por Felipe González el pasado mes de octubre, y que incluye, entre otras cosas, la disminución de la presencia, militar estadounidense en España.En cuanto a otra de las cuestiones especialmente tratadas durante la visita de Reagan -la crisis centroamericana-, fuentes diplomáticas españolas reconocen no haber detectado ningún acercamiento.

Diferencias abismales

Las diferencias en cuanto a los métodos para lograr la meta común de conseguir la democratización de los países de Centroamérica siguen siendo abismales: Reagan y su secretario de Estado, George Shultz, han defendido el embargo dictado contra Nicaragua días antes de que el presidente de EE UU llegara a España, mientras González y Fernando Morán han subrayado los peligros de cubanización del sandinismo que se corren con estas medidas.

El martes, en conferencia de prensa, Morán afirmó que estas divergencias surgen de "evidentes diferencias de análisis": Estados Unidos, según el, insiste más en los aspectos estratégicos y globales, mientras España lo hace en los "factores estructurales", at los que aludió también el Rey de España en el brindis que pronunció en la cena de gala que ofreció ese día a Reagan.

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En cualquier caso, fuentes diplomáticas españolas insisten en la importancia de que por vez primera, en esa misma cena de gala, Reagan reconociera el papel político que España juega en Latinoamérica. La parte española también considera como algo positivo la ausencia de dramatismo en las relaciones. El entendimiento entre ambos países, según se subraya, es bueno, y el diálogo, fluido. El martes, Morán reconoció sentirse "cómodo" con su homólogo Shultz, hombre, según dijo, que "tiene esa buena condición".

Encaje de intereses

En este contexto de falta de dramatismo, la diplomacia española encaja la acogida dada por Reagan y Shultz a los deseos españoles de iniciar una "prenegociación" -según las palabras utilizadas por Morán- de las bases, tratando "de buscar aquellos factores que pueden hacernos coincidir en una situación nueva de la relación bilateral que cubra las necesidades españolas y las necesidades norteamericanas".

Fuentes diplomáticas españolas destacan que Estados Unidos desea principalmente no recibir sorpresas de sus aliados, pero, por lo demás, no tiene ningún reparo en aceptar decisiones que no sean precipitadas, como la decisión sobre el recorte de sus efectivos militares en España. Por parte española, se insiste, además, en que una precipitación en este sentido tampoco sería favorable para España, por los problemas económicos que le podría, crear.

También, según estas fuentes, Estados Unidos no ve mal que España mantenga un diálogo abierto con líderes políticos hostiles a Washington, siempre que se siga la norma de no sorprender. A este respecto se destaca cómo no se ha expresado ningún disgusto -ni en privado- por parte de Estados Unidos al hacerse pública la inminente visita a Madrid del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, el mismo día en que Reagan llegaba a España.

El Gobierno estudia la 'guerra de las galaxias'

Ronald Reagan no ha. aprovechado su viaje a Madrid para buscar el apoyo español a la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), conocida también como guerra de las galaxias. Según ha informado el ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, España prosigue su estudio detallado sobre este asunto.Morán recalcó el martes, en conferencia de prensa, que España "tiene interés de no quedar descolgada de una revolución tecnológica" como la que suscitarán las investigaciones previas al desarrollo de la SDI, que prevé un sistema defensivo que permitiría la destrucción de las armas nucleares.

El ministro de Asuntos Exteriores subrayó que existe un interés coincidente de España con las formulaciones teóricas de la SDI que hace "obsoletas e inútiles las armas nucleares", pero Morán subrayó también la preocupación española por los "problemas de tipo estratégico" que crea esta novedad.

Por otro lado, Morán recitó las otras interrogaciones que se plantea España: "¿Se pueden permitir los países industriales perder esa revolución tecnológica? ¿Es posible participar en las fases de experimentación y no en la fase militar? ¿Es necesario conjugar esfuerzos como pretende el proyecto Eureka francés?...".

En las conversaciones Morán-Shultz celebradas en Madrid, durante la estancia del presidente Ronald Reagan, España ha reiterado sus deseos de mantenerse informada. "Como esta problemática coincide con la de todos los países", concluyó Morán, "Estados Unidos no ha pedido ninguna decisión inmediata".

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