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A los 40 años de la derrota nazi

Francia llama a la unidad europea tras la reunión de los 'siete'

Soledad Gallego-Díaz

El primer ministro francés, Laurent Fabius, conmemoró ayer en Reims el 40º aniversario de la capitulación de las tropas alemanas en suelo francés. Fabius hizo un llamamiento a la unidad europea y afirmó: "La II Guerra Mundial nos ha dado tres lecciones: en tiempo de crisis debemos estar juntos, Europa debe ser fuerte y tenemos que luchar codo con codo contra el totalitarismo, la intolerancia y el racismo". La insistencia francesa en la unidad europea se produce precisamente cuando el presidente François Mitterrand ha quedado completamente aislado de sus principales aliados en la cumbre de Bonn.Sin embargo, desde el punto de vista de la política interior, la soledad de Mitterrand, que recuerda a la de De Gaulle, no sólo no le perjudica, sino que le beneficia.

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Los dirigentes de la oposición han intentado contrarrestar ese efecto, pero han tenido que moverse con grandes precauciones, porque la mayoría de la opinión pública respalda al presidente. Mitterrand se ha presentado como el defensor de los agricultores y, sobre todo, como el campeón de Europa, el único líder aliado capaz de decir no, dos veces, a Ronald Reagan. La grandeur, recuerdan los comentaristas parisinos, siempre ha suscitado un sentimiento de orgullo en Francia.

Resultados positivos

Según fuentes diplomáticas, los resultados de la cumbre no son, desde un punto de vista práctico, negativos para Francia. Es cierto que la RFA ha preferido apoyar a Estados Unidos, pero los propios germanooccidentales son conscientes de que la actitud del canciller Helmut Kohl tendrá un precio. Kohl, añaden dichas fuentes, estaba agradecido a Reagan por acompañarle al cementerio de Bitburg, pero ahora tendrá que hacer un gesto de buena voluntad hacia Mitterrand, que no le ocultó, en privado, su decepción".El precio, explican las fuentes mencionadas, puede ser una actitud más decidida de Kohl en la cumbre europea prevista para el próximo mes de junio en Milán. El presidente francés tiene previsto desvelar entonces su anunciada sorpresa para reforzar las instituciones de la CEE, pero necesita más que nunca el apoyo de la RFA para llevar adelante sus planes. El gesto alemán estará en el orden del día de la próxima cumbre francogermana, que se celebrará a fines de este mes en París.

Por otra parte, añaden dichas fuentes, Francia no ha perdido nada. Mitterrand ha anunciado que no participará en la guerra de las galaxias, pero algunas empresas, incluida una nacionalizada, tomarán parte en las investigaciones, "en los proyectos que nos interesen a nosotros".

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En cuanto a la conferencia del GATT (acuerdo general sobre aranceles), que reclaman muchos sectores del comercio exterior, no está en absoluto excluido que se inicie en 1986 como quería Reagan. Al negarse a fijar una fecha, Mitterrand sólo ha puesto de manifiesto que no aceptará unas negociaciones con un resultado único: rebajar la protección de que disfruta la agricultura europea.

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