Felipe González y CC OO
El presidente del Gobierno, que es sin duda el político español que más ha usado y abusado en siglos de hablar de "ética" y "rnoral política", hasta convertirlas en muletillas, pierde sin embargo los papeles cuando habla de CC OO. Es para sorprenderse que ni el cinismo de la Banca (que sigue hundiendo pequeñas empresas mientras consigue los mayores beneficios de las últimas décadas), ni la hipocresía de la patronal (que critica el déficit de la Seguridad Social mientras provoca su quiebra a base de no pagar las cuotas), consigan inmutar al presidente, y sin embargo se exaspere cada vez que CC OO pretender ejercer de sindicato y se opone a la política antiobrera y antisocial que en materia económica está desarrollando el Gobierno.En tiempos de Franco, todas las protestas y, movillzaciones populares el régimen las consideraba -conspiraciones "judeo-masónicascornunistas" para socavar los cimientos de la última reserva espiritual de Occidente. Felipe González no menciona a los judíos, supongo ¡que porque pretende establecer relaciones diplomáticas con Israel, ni a los masones, porque ya son legales, pero apela al recurso de los comunistas para convertirlos en sus demonios familiares. Mientras tanto, los pensionistas miran con estupor sus 16.000 pesetas y las cuentan una y otra vez tratando de convencerse de que el presidente tiene razón cuando dice que cobran dernasiado. Y los tres millones de parados se consuelan pensando que no están parados sino sumergidos, porque así lo ha dicho Alfonso Guerra. Al final, llega uno a la conclusión de que en toda esta tragicoinedia nacional dirigida por Ronald Reagan y puesta en escena por el cuadro de actores del PSOE, sólo se hecha de menos a Groucho Marx, para que en un entreacto dijera algo así como "surgiendo de la más profunda tontería nacional, fiemos alcanzado la más alta cima de la estupidez.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.