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Bitburg trae recuerdos

Ya ha pasado, pero el impacto de Bitburg no debería olvidarse. El arrepentimiento del presidente Reagan por haber prometido visitar dicho cementerio era visible. Paseó con dignidad, pero sin reverencia, y no dio a las cámaras aspectos emotivos. Durante toda la jornada habló del infierno y de la maldad nazi para hacer olvidar el hecho de su visita. ( ... )Lo que necesitamos evocar ahora es que un error de ceremonial puede convertirse en político, es decir, geopolítico, cuando persuade a los líderes más poderosos de que son rehenes de la historia. ( ... )

La diplomacia de las apariencias insiste en que cada acto presidencial tiene una significación estratégica; desde el momento en que la paz depende de unas armas nucleares que no se pueden emplear, la voluntad del presidente de usarlas se apoya en amenazas, promesas y palabras. Por consiguiente, las palabras del presidente acarrean un peso cósmico. (.. .)

El travestismo final del domingo fue la pretensión de que la reconciliación germana-americana exige todavía una reafirmación, cuatro décadas después del plan Marshall y del bloqueo de Berlín. Esta alianza sobrevivirá a la locura de Bitburg, como habría sobrevivido a la cancelación de la visita a ese cementerio, porque está profundamente enraizada en la política democrática y en la prosperidad de sus pueblos.

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También las disfunciones económicas preocuparon a los siete líderes de las democracias industriales en la reunión de Bonn que precedió a la visita de Bitburg. Las palabras y gestos de compañerismo no llevaron al presidente Mitterrand a aceptar 'Una conferencia sobre las barreras aduaneras que pueda amenazar las defensas de sus agricultores.

Ha sido una conferencia agitada en todos los sentidos. , 6 de mayo

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