Cuenca, año 2010 de la comunicación
Van a terminar con la capacidad de sorpresa del ciudadano conquense. Acostumbrado como está a vivir en una pequeña ciudad con escasos medios de comunicación, un par de proyectos diferentes podría poner de pronto al alcance de sus receptores de televisión unas ofertas insospechadas. La Universidad Internacional Menéndez Pelayo proyecta situar a Cuenca en el año 2010 de la comunicación y abrir durante una semana un nuevo canal de televisión de ambiciosas posibilidades, mientras que un grupo de ciudadanos trabaja sin descanso para instalar un emisor de vídeo que llevaría a cada domicilio varias películas diarias por una módica cuota mensual.
"Queremos situar a Cuenca en el año 2010 de la comunicación. Durante una semana se va a publicar un periódico diario e instalar una emisora de radio y un canal de televisión que, con una antena parabólica, pueda captar, vía satélite, hasta 30 canales televisivos de todo el mundo: desde la Unión Soviética hasta Estados Unidos o Argentina". Así resume la experiencia Luis Mariñas, encargado de hacer ahora todas las gestiones pertinentes para que el proyecto pueda llevarse a cabo. Mariñas, ex director de informativos de TVE, dirige ahora el Gabinete de Información de la Secretaría de Estado para las Relaciones con las Cortes, departamento que rige el diputado socialista por Cuenca Virgilio Zapatero.El proyecto de la universidad internacional Menéndez Pelayo (UIMP) se inscribe dentro de los cursos que dicha institución va a desarrollar este verano, por vez primera, en la ciudad de Cuenca. En principio, y según el coordinador de la UIMP en esta ciudad, Ángel Luis Mota, se ha pensado hacer un curso de lingüística y otro sobre medios audivisuales, en el que se realizaría la revolucionaria experiencia.
Cuenca, ciudad global era uno de los títulos barajados para este último curso. El nombre venía determinado, según Mariñas, en base al libro de Marshall McLuhan Guerra y paz en la aldea global y sus repercusiones en una población no acostumbrada a disfrutar de muchos medios de comunicación social sería uno de los motivos fundamentales a estudiar. "Todavía está todo el proyecto muy en el aire", dice Mariñas, "y una de las cosas que estamos gestionando es que un grupo de estudiantes de Ciencias de la Información de Barcelona analice sobre el terreno los cambios del comportamiento humano ante una saturación de información".
Campo de experimentación
Cuenca, con 216.000 habitantes, es una de las 10 provincias menos pobladas de España. Su capital, una pequeña localidad de 40.000 personas, fue la única que estuvo durante dos meses sin Prensa local a raíz del cierre del Diario de Cuenca, una publicación del extinguido Movimiento que nadie quiso comprar. Ahora, entre las dos publicaciones locales, El Día de Cuenca y el semanario Gaceta Conquense, no suman los 5.000 ejemplares de tirada. En onda media, sólo llega Radio NacionaL En frecuencia modulada funciona una emisora.de la cadena Rato y, de cuando en cuando, se captan las emisiones de una radio libre llamada Bigarda."Por supuesto, ese nuevo canal de televisión que pretende la UIMP contaría con un permiso de emisión para un breve espacio de tiempo", dice Mariñas. "A él tendría acceso toda la población de la capital, porque, si no, no se crearía el campo de experimentación".
Un proyecto llamativo y chocante: el conquense interesado podría adquirir un nuevo periódico cuyas páginas dedicadas a la programación televísiva estarían cubiertas por el horario de emisión del informativo de la NBC o de la RAI. La viabilidad del mismo estaría condicionada en su mayor parte a los problemas técnicos que haya que solventar y que ahora están en estudio.
Se ha calculado un coste de unos 10 millones para realizar el curso y se intenta que el despliegue técnico resulte gratis, siempre que las marcas contactadas considerasen rentable la inversión gracias a la publicidad que proporciona la propia realización del proyecto.
Mientras la UIMP estudiaba la apertura de vanos cursos en lo que será una nueva sede de la universidad de verano de Santander, los conquenses hallaban, hace ya tres meses, en el buzón de sus casas unas octavillas que les anunciaban para la ciudad otro revolucionario proyecto. Por 1.000 pesetas mensuales, cualquiera podría tener acceso a recibir en su aparato de televisión hasta tres películas diarias y sin necesidad de comprar un aparato de vídeo.
Videoclub
"En realidad, vamos a ser un videoclub", dice Agustín de León, uno de los socios que patrocina el proyecto. "La única diferencia es que proporcionamos las películas a través de una antena. Creemos que es una buena idea, que ya se ha experimentado en otros sitios y que ofrece una nueva posibilidad a la gente que no tiene dinero suficiente para comprar un videocasete y alquilar películas".Estos ciudadanos ya han instalado una antena de 14 metros de altura desde la que se divisa toda la ciudad. Después de hacer algunos experimentos y superar pequeños problemas técnicos que no permitían la recepción de la señal con toda la calidad deseada, están ahora ya emitiendo en período de pruebas y creen que empezarán a funcionar con toda normalidad hacia mediados de mayo. "La gente está entusiasmada", dice Agustín de León. "Las películas se ven muy bien y ya hemos instalado antenas receptoras en unas 50 comunidades". Porque, para poder disfrutar de esas tres películas diarias que emitirá este centro emisor de vídeo, el asociado ha de instalar en su casa una antena especial y un codificador italiano que el mismo centro emisor colocaría. "Por eso", añade De León, "es preferible trabajar con comunidades de propietarios, porque con una sola antena, que cuesta unas 8.000 pesetas, se beneficia todo el edificio".
Cuando el centro emisor, que ya ha emitido en período de pruebas películas como Ben Hur o Lo que el viento se llevó, funcione con normalidad, emitirá una película para niños aproximadamente a la hora de comer y dos'por la tarde; una de ellas, la mejor, se repetiría a partir de las doce de la noche. "En Tarragona", dice De León, "hubo una expenencia parecida, pero se acabó porque empezaron a dar películas pornográficas. No es nuestro caso, ya que lo que pretendemos es ofrecer vídeo familiar".
Los promotores de esta idea, cuya inversión calculan en unos seis millones de pesetas, opinan que el proyecto se acoge a un vacío legal y que, por tanto, no puede ser considerado ilegal, pero saben que juegan con un cierto riesgo.
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