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Tribuna
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La elipse

22 lunesLo country. Ahora somos country. Las autonomías y periferias son más country que el centralismo, aunque en Madrid se celebren algunos festivales country, como el del Parque de Atracciones, con Brenda Lee, los Bellamy Brothers, Rita Coolidge y Jerry Lee Lewis, que tiene nombre de pantalones. Ramón Tamames, en su último y fulgurante libro, Una idea de España, dice que la capital tenía que haber sido Lisboa o Barcelona, para evitar esto que digo del centralismo. Uno cree que, en todo caso, hubiera sido un centralismo descentrado, pero nada más. Ramón es que es un country. La oposición política es country de derechas que gasta joyas de Jesús Yanes. El Gobierno es country de izquierdas. Menos de izquierdas que country. Los dos Felipes -González y Mellizo- parecen viejos bajistas del country nacional. Y después de lo punk, ¿qué es ser country? Sencillamente, consiste en andar siempre por en medio, entre la acracia y la marginalidad, con una guitarra ideológica. Lo country presenta más jais compactas que el rock puro y duro. Lo country es un cisma del rock, como Pablo Castellano es un cisma del socialismo y Santiago Carrillo, según el desatendido Gerardo Iglesias, un country de si mismo. Un autocismático. Barrionuevo ya le ha puesto coche, y eso que Barrionuevo no es nada country. Los etarras serían un poco countries si no fuesen tan aldeanos. Lo country es grancapitalino. Hasta tenemos policías country, como Novás. El Greco, un country veneciano como Gimferrer, el novísimo académico, se nos aparece en Madrid/provincia. con La ascensión de la Magdalena. La Magdalena fue la country de Cristo y Doménico la fotografió subiendo al cielo. Con un par. Jorge Verstrynge, el anti/country de nuestro parvulario político, está haciendo una planilla de redacción que es una moción de censura contra el Gobierno. Fraga le ha dicho que no eche borrones.

25 jueves

Semana dedicada a hablar en Institutos de enseñanza media y Colegios Mayores. La geografía política de Madrid se repite monótonamente. Los centros periféricos de enseñanza son como más progres y cálidos, en su alumnado y profesorado. Los centros del centro son más fríos, reticentes y como un poco bordes. He aquí los hijos de los padres que combatí tanto. Hablar a estos chicos y chicas es asomarse a la balaustrada del futuro: viene una generación conservadora y otra progresista, viene una generación partida de este modo en dos. Como siempre. Peor sería que todos se nos hubieran hecho de Reagan. La plástica común a periféricos Y centristas, a chicos y chicas, es la estatura. Los nuevos españoles han crecido mucho, y me parece que esto ya lo tiene uno glosado a propósito del baloncesto. Que nadie crea en el milagro, ni siquiera en "el milagro español", de que hablaba el tardofranquismo. Nada más fácil que hacer que la gente crezca. Basta con una alimentación racional y un poco de deporte, en la primera adolescencia. Y eso ha venido solo. Pero es como desolador comprobar que España se perpetúa en derecha/ izquierda, para el año 2000, y casi experimenta uno la satisfacción (una satisfacción 'muy tercera edad") de saber que para ese bimilenio estará uno viendo la televisión estatal (que por fin será la buena) en alguna residencia de ancianos llamada aún, por descuido, 'Francisco Franco". Por mí, que les vayan dando mucho a los terrores del milenio. Moratalaz, marcha a tope. "Cardenal Cisneros", en San Bernardo: la locura lírica de Teresa Soubriet y muchos troncos al loro. "Pardo Bazán", en Chamberí, lánguidas muchachas saliendo de las aulas y una monja. Y en este plan. Incluso hay sitios donde los adolescentes han aprendido ya a travestir el conservatismo de progresismo y desdén. Hay que distinguir entre el ácrata de derechas y el de izquierdas, como entre la perdiz y la otra. La «juventud más joven" no ha leído a Rubén.

26 viernes

Bandos del alcalde. Cuaderno que recoge los célebres bandos municipales de Tierno. Tierno hace la verdad del pastiche, el pastiche de verdad, en estos bandos, como un ilustrado del XVIH, como un Jovellanos con la gracia y la ironía que jamás tuvo Jovellanos. (Contrastar esta prosa con los ensayos de Tierno, años 60, adustos de forma y agudos de intención).

28 domingo

Mick Jagger, estrella de los "Rolling", a quien conocí personalmente en Madrid cuando su última visita, se viste ahora de "mujer de rojo", cuando su masculinismo no está en duda, por provocar, por exhaustizar la querella del rock, que se va apagando -ay- en el mundo. "Sólo trato de ser divertido". Sólo trata, de vender y de mantener viva una contestación que como, en el fondo, no contestaba a nada, se agota en sí misma. Mick ha grabado Ella es el jefe, sin los Stones. A las nuevas generaciones de la enseñanza media, de que hablé aquí el jueves, Mick les suena remotamente glorioso, o gloriosamente remoto, y nada más. Mick en camiseta, con sombrero de paja y luz de gas, Míck con chaqueta amarilla y pantalón de cuero es la imagen cuarentona, y muy pasada, de una juventud que hoy es otra. Agotaron la protesta/propuesta musical y social en sí misma, porque no era una propuesta profunda, ni era apenas una protesta. Uno "ha viajado" con los Rolling en el libro pertinente. Pero uno sabía que sólo era un compañero de viaje, y que un día habría que bajarse del. estribo, como se están bajando ellos mismos. La protesta no engagement se agota pronto. Y la engagé -ay- también. Con los años, querido Mick, tronco, beneficiador de grandes jais, uno se vuelve retro / camp/ kitsch, aunque haya cambiado el mundo y la vida. Sólo Rimbaud y Shirley Temple siguen vigentes como niños prodigio. Bueno, y Brook Shields en la famosa foto, a los nueve añitos, del baño y la espuma. Qué hembraza. Ahora, como me dice Nobokov, se ha convertido en una lamentable anciana de 18.

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