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Relevos en el Gobierno de Irán y creciente rechazo a la guerra

Tres ministros iraníes -los de Obras Públicas, Vivienda y Sanidad- y el responsable del Presupuesto, Mohamed Taqhi Banki, han sido destituidos y dejarán sus carteras en el curso de la amplia remodelación gubernamental que precederá al congreso del Partido de la República Islámica, en el poder, que se efectuará antes de las próximas elecciones presidenciales, previstas para el verano, según informaron a este diario fuentes solventes de la oposición. Fuentes de la Embajada de Irán en Madrid señalaron ayer desconocer tales ceses.La situación económica, según fuentes diplomáticas occidentales, parece, sin embargo, estabilizada a consecuencia de la regularización de los envíos de crudos iraníes a través de terminales alternativas en alta mar, al sur del golfo Pérsico. Empero, en el mercado cambiario, el precio del dólar varía de 94 riales del oficial a 650 del mercado negro.

El influyente grupo de presión Hoyatieh, que fue disuelto el verano de 1983, ha vuelto a ser autorizado a funcionar abiertamente tras un pronunciamiento en este sentido formulado por el hoyatoleslam Hashemi Rafsanjani, presidente del Mafflis (Parlamento).

Diplomáticos de la República Federal de Alemania (RFA) en Irán atribuyen al grupo Hoyatieh un papel decisivo en la sucesión del imam Jomeini. La RFA envía cada mes 400 millones de riales a la organización Nasr, que ayuda a los afganos refugiados en Irán y lucha contra el régimen de Babrak Karmal.

Huelgas y manifestaciones

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Los disturbios y manifestaciones contra la guerra y por la liberalización del régimen se han intensificado en las últimas semanas. En Ahwaz, 2.000 obreros de un complejo siderúrgico protagonizaron una huelga contra las levas periódicas forzosas hacía el frente de batalla y contra las detracciones porcentuales de haberes para nutrir los fondos de guerra. El Gobierno les aseguró que no se enviará a nadie al frente sin su consentimiento y que no habrá ni deducciones salariales para la guerra ni despidos de los huelguistas. Hechos similares se registraron en centros textiles de Kashan y Yazd.

En la cárcel de Dezban, en el centro de Teherán, 300 mujeres presas políticas realizaron en los últimos días una huelga de hambre y una manifestación bajo el lema de Igualdad, vida digna y libertad, en protesta por las condiciones de su encarcelamiento. En Arak y en Susangerd, madres de combatientes iraníes muertos recientemente en combate durante la ofensiva Al Badr, y en Jorramabaad, familiares de presos, protagonizaron violentas protestas contra la guerra.

Grupos paralelos denominados sorollah, que patrullan las calles de Teherán, han agredido con brutalidad a mujeres cuyo atuendo, a su juicio, no se atenía a la "moral islámica". El presidente Alí Jomenei dijo que los agresores eran "opositores infiltrados".

Según Alí Zarkech, responsable en el interior de los Muyaidines del Pueblo, Teherán ha sido escenario la pasada semana de decenas de protestas contra el régimen y contra la guerra. Para la oposición, Teherán vive una situación preinsurreccional.

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