Solicitud de ayuda internacional contra las violaciones de derechos humanos en Guatemala

Las reiteradas desapariciones y ejecuciones arbitrarias denunciadas por la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala (CDHG) sólo pueden frenarse con la presión de la comunidad internacional, según el presidente de dicha comisión, Luis Alberto Padilla. La reciente desaparición y muerte de la vicepresidenta del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) de familiares de desaparecidos, Rosario Godoy de Cuevas, y del portavoz de ese organismo, Héctor Orlando Gómez Calito, ha puesto en evidencia el recrudecimiento de la violencia institucional en ese país."Realmente, nosotros estamos convencidos de que lo único que puede impedir que se sigan cometiendo crímenes contra esas personas es que la comunidad internacional proteste y ponga su atención en lo que está ocurriendo en nuestro país", declara Padilla, que junto al administrador de la CDHG, Pedro Juárez, ha pasado unas horas en Madrid. Ambos han venido a Europa para denunciar ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra, las últimas violaciones de los derechos humanos ocurridas en Guatemala.

"La violación de los derechos humanos en Guatemala ha sido una práctica sistemática dentro de la política gubernamental, dirigida contra la población civil, desde hace 20 años", asegura Juárez.

"Hay que tener presente", apostilla el presidente de la CDHG, "que existe una situación de conflicto armado interno dentro del país, pero estos métodos represivos los consideramos violatorios de los derechos humanos porque no se respeta la Convención de Ginebra, se ataca a la población civil y los detenidos no son sometidos al juicio de los tribunales. Pretendemos humanizar el conflicto."

Guatemala es un país de 7,5 millones de habitantes, con un 67% de analfabetos, un 73% de población campesina, y en el que los indígenas representan entre un 65% y un 70%, según las fuentes. El número de desaparecidos, según la Federación Americana de Familiares de Desaparecidos, se estima en 35.000 desde 1954. El número de asesinatos políticos desde esa fecha ronda los 100.000, de acuerdo con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, que integra a varias organizaciones revolucionarias.