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RELIGIÓN

El Papa orienta la reflexión del congreso de Loreto antes de que la Iglesia italiana elabore sus conclusiones

Con aplausos a la autocrítica del cardenal Pappalardo, a su posición abierta al pluralismo cultural y social, y con los debates de los 26 grupos de reflexión reunidos en la tarde de ayer miércoles, el Congreso Nacional de la Iglesia italiana había llegado al momento de las opciones. Fue este momento el elegido por Juan Pablo II, y no el acto de clausura, para presidir el pleno y ofrecer orientaciones precisas en este cruce de caminos.

ENVIADO ESPECIAL, La expectación era enorme, porque aquí lo que preocupa es el después. El Congreso no es más que un momento del camino programado por el Episcopado. Tanto más cuando dentro de 50 días tendrá lugar la elección de nuevo presidente. El candidato más nombrado es el cardenal Pappalardo, arzobispo de Palermo. A un mes de las elecciones administrativas se discute especialmente la libertad del voto católico. El Papa leyó un discurso de 18 folios en el que destacan como grandes cuestiones el llamamiento a la integración interna de la Iglesia italiana y a su presencia como elemento de reconciliación en la sociedad. En cuanto a la unidad de la comunidad católica, el Papa sale al paso de los que interpretan el concilio "según su visión particular y opciones personales: nadie debe desfigurar el perfil conciliar que la iglesia hizo de sí misma, tanto en su dimensión universal como en el de la iglesia local". "El romano pontífice, como sucesor de Pedro, es el principio permanente y visible de la unidad, tanto de los obispos como de la masa de los fieles". La reconciliación interior solo se logrará con esta renovada conciencia de la Iglesia. Y profundizando esa conciencia eclesiológica se podrán acometer las urgentes y graves tareas para inscribir la verdad cristiana sobre el hombre en la realidad social de la nación italiana.

El problema moral

El Papa ha invocado el patrimonio cultural de la Iglesia a lo largo de la historia de Italia. Reconoce las tensiones y dificultades del pasado y las nuevas dimensiones y perspectivas del momento presente, con sus aspectos positivos y negativos. La parte más extensa de su discurso fue dedicada al que aquí llaman "problema moral". "La promoción de los valores morales", dijo el Papa, "constituye la contribución fundamental al verdadero progreso de la Humanidad". Citando a Juan XXIII, afirmó que "el orden ético-religioso incide más que cualquier otro valor material en las orientaciones y soluciones que hay que dar a los problemas de la vida individual y asociada en el interior de la comunidad nacional". Con ello la Iglesia no invade las competencias de los políticos. Actúa en virtud de lo que originariamente le pertenece.

De paso, el Papa se adentró en el meollo de la discusión entre los que invocan la coherencia con la verdad de la fe para actuar en la vida política y aquellos otros cristianos partidarios de la autonomía para elegir entre las distintas opciones políticas. Precisamente hace pocos días, el presidente de la Acción Católica, Monticone, había pedido que en el documento de Loreto la Iglesia reconociera claramente la primacía de la eticidad en la coherencia del comportamiento, aun en aquellos que erróneamente comparten otros principios. El Papa parece responder a esta teoría, pidiendo que en este diálogo central sobre el hombre, "no se oculte la verdad cristiana ni se disimulen las diferencias, para evitar los compromisos ambiguos".

Por último, el Papa ha dicho que "los cristianos faltarían a su obligación si no se comprometieran a lograr que las estructuras sociales sean o vuelvan a ser siempre más respetuosas con aquellos valores éticos que reflejan la plena verdad sobre el hombre". Ha separado y distinguido la actividad y la misión de las organizaciones apostólicas de toda actividad política. Entre los católicos debe existir una unidad fundamental, anterior al pluralismo y garantía de éste, que no solo es legítimo sino deseable y fructífero.

El Papa ha concentrado las miradas de los congresistas, que desde este momento comienzan a elaborar las conclusiones del congreso. No parece que haya vencedores ni vencidos. Pero será un texto que dará mucho que hablar en la estrategia electoral de los diversos partidos.

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