La conferencia ministerial de la OCDE centrará su atención en la estabilización del dólar y la apertura de los mercados

La necesidad de estabilizar el dólar y de abrir los mercados a los intercambios comerciales serán las dos cuestiones que centrarán, hoy y mañana, la conferencia ministerial anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que comienza en París. Francia y Estados Unidos tratarán de orientar las discusiones -que incluyen también una nota del secretario general sobre La economía de los países de la OCDE en la mitad de los años ochenta - hacia aquellas cuestiones que más preocupan en sus respectivos países: la evolución del dólar y el proteccionismo comercial, respectivamente.

Miguel Boyer, ministro de Economía, Hacienda y Comercio, y Fernando Morán, ministro de Asuntos Exteriores, representarán a España en este encuentro, que trata todos los años de hacer un repaso a la política económica de los países miembros y coordinar una estrategia conjunta para la ayuda al desarrollo. Morán intervendrá hoy ante la organización de 24 países del área desarrollada, y Boyer lo hará mañana con un discurso que pondrá énfasis en las coordenadas de la situación española. El ministro de Hacienda anticipará, previsiblemente, la próxima adopción de medidas fiscales en España -reducción de las retenciones sobre salarios-, dentro de una estrategia para estimular la demanda.

El déficit de EE UU

La delegación norteamericana, presidida por el nuevo secretario del Tesoro, James A. Baker, presentará una propuesta formal para abrir el próximo año una nueva ronda de negociaciones comerciales dentro del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio). La Administración Reagan advertirá que está decidida a iniciar conversaciones bilaterales con aquellos países que las acepten (caso de Japón y Canadá), incluso si el resto de miembros de la OCDE no quiere hacerlo. Estados Unidos, con un déficit comercial exterior del orden de los 110.000 millones de dólares (más de un tercio es con Japón) en 1984, pretende achacar la responsabilidad del mismo a las barreras comerciales de sus socios, en una estrategia orientada a defenderse contra las previsibles críticas europeas por el alto valor del dólar. Un estudio de la OCIDE, hecho público ayer, viene apoyar sus tesis, en el sentido de que las barreras comerciales unilaterales apenas consiguen su objetivo y, por el contrario, incrementan hasta dos puntos el nivel de inflación anual. Por su lado, los representantes europeos, con los franceses a la cabeza, es previsible que llamen la atención sobre la necesidad de tomar medidas conjuntas para estabilizar la divisa de EE UU. Francia, que patrocina desde hace tiempo la idea de convocar una conferencia monetaria mundial, sigue preocupada por los contínuos saltos que protagoniza el dólar en los mercados de cambio mundiales y que, en su opinión, dificulta la recuperación de las economías europeas. Por el lado de la secretaría general de la OCDE, se presentará a discusión de los ministros una serie de notas sobre la situación económica en los países miembros y sobre la estrategia a seguir en los próximos meses. Algunas hacen énfasis en las medidas de política económica que pueden adoptarse orientadas a reducir las denominadas rigideces estructurales en las economías de los países miembros y para corregir aquellos puntos de la actual política que han probado ser erróneas o poco eficaces.

La secretaría de la OCDE insiste en el peligro que encierra para las economías europeas el mantenimiento de una elevada tasa de desempleo (del orden del 11 % en el total del área), que es particularmente grave en determinados países miembros.

Nuevos encuentros

En este sentido, el organismo interpreta que algunas naciones europeas, como el Reino Unido y la República Federal de Alemania o el Japón, ya han conseguido tasas de crecimiento económico aceptables en los dos últimos años, incluso con un índice de inflación no muy elevado. Pero reitera que la mayoría de los países continúa soportando tasas de desempleo desproporcionadas sin haber logrado reducir del todo el peligro inflacionista.

Las reuniones de París marcan el inicio de una serie de encuentros que los países occidentales celebran cada año. Después de la conferencia de París tendrá lugar la semana próxima, en Washington, la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI), y dos semanas después se celebrará en Bonn la denominada cumbre de las siete naciones más industrializadas del mundo occidental. Las preoupaciones de este año están marcadas en el primer párrafo de la nota sobre empleo del secretario general de la OCDE: "Crecimiento durable y alto nivel de empleo son los grandes objetivos de las políticas económicas utilizadas por los países miembros. Pero los objetivos no podrán ser alcanzados más que mediante una inflación débil, así como con una mayor capacidad de adaptación de la economía a la evolución de las necesidades, a las nuevas tecnologías y a la modificación de la estructura del comercio mundial".