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Primer encuentro negociador entre Pekín y Moscú tras el acceso al poder de Gorbachov

Pilar Bonet

Representantes de la URSS y China se reúnen hoy en Moscú, en un clima de acercamiento con expectativas limitadas, para celebrar la sexta ronda de negociaciones destinadas a normalizar las relaciones entre los dos países. Ésta es la primera vez que los encuentros regulares chino-soviéticos, comenzados en 1982, se celebran bajo el mandato de Mijail Gorbachov, cuyo ascenso al puesto de máximo poder en la URSS ha sido acogido con optimismo en Pekín.Gorbachov expresó vehementemente su deseo de normalizar las relaciones con China aiser elegido secretario general del partido comunista (PCUS) durante el pasado mes de marzo. Aprovechando los funerales del fallecido Konstantín Chernenko, Gorbachov se entrevistó en Moscú con el viceprimer ministro chino, Li Peng, a quien comunicó que la URSS "quisiera seriamente" mejorar sus relaciones con China.

Las negociaciones chino-soviéticas se celebran alternativamente en Moscú y en Pekín a un ritmo de dos encuentros al año. La delegación soviética está presidida por el viceministro de Exteriores, Leonid Ilichov, y la China, por su homólogo, Qian Qichen, quien llegó el domingo a Moscú acompañado por un grupo de consejeros y expertos.

Las relaciones entre Moscú y Pekín, deterioradas hace 20 años, han experimentado una mejora en los últimos tiempos en el campo cultural y el económico, pero están todavía muy lejos de haber realizado progresos espectaculares y el nivel de comercio, pese a su incremento, es todavía muy bajo.

Tranquilizar a Moscú

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En diciembre de 1984, el primer viceministro de la URSS, Ivan Arjipov, presidió la delegación soviética de mayor rango que ha visitado Pekín en los últimos 15 años. Arjipov se interesó vivamente por las reformas económicas chinas y durante su viaje se llegó a un acuerdo comercial para el período 1986-1990 y se decidió establecer comisiones conjuntas para promover los vínculos económicos, científicos y técnicos.

Cuando Chernenko murió, visitaba la URSS una delegación parlamentaria china que, a su vez, constituía la primera visita de este tipo desde hacía 20 años. Los dirigentes chinos han tratado de tranquilizar a Moscú asegurando que su país lleva a cabo una política independiente y que la mejora de relaciones con EE UU no está dirigida contra la URSS. Este país ha dado muestras de gran preocupación ante las compras chinas de armamento a EE UU y las visitas de delegaciones militares estadounidenses a Pekín. Moscú acusa a Washington y a Tokio de tratar de quebrar la independencia de los dirigentes chinos explotando sus necesidades económicas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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