Alfonsín y los militares presiden el funeral por los caídos en la guerra de las Malvinas
El paro de los maestros o las fuertes subidas de los tipos de interés preocupan más al porteño medio que el tercer aniversario de la recuperación temporal de las islas Malvinas. No obstante, el presidente Raúl Alfonsín y la renovada cúpula militar presidieron una misa en una de las iglesias castrenses de Buenos Aires por los muertos en aquella guerra: unos 1.200 por parte argentina.Las agrupaciones de ex combatientes, apoyadas por las juventudes de los partidos y bajo los lemas: "Volveremos a las Malvinas de la mano de América Latina" y "Fuera los ingleses de Malvinas, fuera el FMI de la Argentina", convocaron una manifestación; finalmente, la extrema derecha peronista, liderada por Herminio Iglesias, organizó un mitin en el miniestadio del Club Atlético Atlanta.
Al contrario que en celebraciones anteriores, los militares argentinos se han permitido alguna mínima reivindicación de su papel. El brigadier retirado Alberto Simari, ex comandante de instrucción de la Fuerza Aérea durante el conflicto, cuestionó que el presidente Alfonsín rindiera homenaje sólo a los muertos, "olvidando a quienes no perdieron la vida pero tuvieron las mismas actitudes que los fallecidos". Sin embargo, fue la Fuerza Aérea la primera crítica con el comportamiento castrense en el conflicto, negándose a otorgar condecoraciones.
Por su parte, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas -máximo tribunal militar- tomó declaración el mismo día del aniversario al general Óscar Jofrey, ex comandante de la Décima Brigada de Infantería en el archipiélago austral, y en medios de la judicatura militar se tiene como muy probable la prisión preventiva rigurosa contra el general Benjamín Menéndez, gobernador argentino de las islas y firmante de la rendición ante los ingleses.
El hecho de que la Junta Militar que ordenó la aventura (teniente general Galtieri, almirante Anaya y brigadier Lami Dozo) permanezca en prisión preventiva es un dato más de que los militares tienen intención de juzgarse con tanta dureza por aquel trágico episodio como dulzura esperan de la Corte Civil en el procesamiento de los uniformados por la guerra sucia contra la subversión.
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