Duarte asegura que tras las elecciones de hoy reanudará diálogo con la guerrilla
El presidente salvadoreño, José Napoleón Duarte, ha asegurado que después de las elecciones de hoy reanudará el diálogo con la guerrilla al margen de que el Partido Demócrata Cristiano obtenga o no la mayoría parlamentaria, ya que la búsqueda de la paz es una tarea que la Constitución asigna al Ejecutivo. El líder ultraderechista Roberto d'Aubuisson se ha opuesto abiertamente a esta vía, "porque los comunistas nunca respetan los acuerdos", pero ha reconocido que no es competencia de la Asamblea.
San SalvadorEn la víspera de los comicios, la explosión de una mina ha causado la muerte de diez civiles en la provincia de Chalatenango.El tema del diálogo, que fue cuidadosamente silenciado a lo largo de la campaña, ha reaparecido con fuerza en sendas conferencias de prensa. Para la derecha es "una tontería que no conduce a ninguna parte". Duarte opina que es un esfuerzo necesario para lograr la paz que desea el pueblo.
En las filas del Gobierno coexisten posiciones encontradas sobre la forma en que deben reanudarse las conversaciones con la izquierda, que una vez más ha quedado al margen del proceso electoral. Muchos entienden que las propuestas de las partes están tan distanciadas que un encuentro de carácter público, como los dos celebrados en La Palma y Ayagualo, sería infructuoso. Un amplio sector de la democracia cristiana se muestra partidario de celebrar reuniones preparatorias de carácter secreto en las que pueda alcanzarse algún acuerdo sin la presión de los periodistas ni la necesidad de hacer comparecencias públicas inmediatas. Una vez que se logren progresos, sobre todo en materia de humanización de la guerra, se convocaría una entrevista pública para formalizarlos.
Otra condición que parece exigir el equipo de Duarte es que el comandante Joaquín Villalobos comparezca en esta próxima fase, ya que su ausencia en los dos encuentros anteriores ha alimentado el rumor de que su organización, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), se estaría desmarcando del diálogo.
No parece probable que las elecciones de hoy, en las que se designarán 60 diputados y 262 alcaldes, vayan a influir para nada en la continuidad de las conversaciones de paz. El arzobispo Arturo Rivera, que desempeña funciones de mediador entre las partes, ha declarado que "hay conciencia en el país de que las elecciones no son suficientes y de que se necesita el diálogo".Éste se interrumpió, a su juicio, por problemas internos del Gobierno, pero "he recibido la promesa de Duarte de que se reanudará".
A este respecto no parece que la decisión de las urnas vaya a tener ningún efecto. En primer lugar, porque el poder lo ejerce el presidente, tal vez con la venia de Washington y los militares, pero sin que la Asamblea pueda obstruir mayormente sus proyectos. En segundo lugar, no parece que se vayan a registrar grandes cataclismos. La democracia cristiana seguirá siendo el partido más votado, aunque será la coalición de derechas la que obtenga la mayoría. Todo parece dispuesto, sin embargo, para que después de la! elecciones el Partido de Conciliación Nacional (PCN) abandone a la ultraderecha y se aproxime a los democristianos.
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