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La tercera ampliación del Mercado Común

Las nuevas incorporaciones reforzarán la unidad de Europa, según EE UU

Francisco G. Basterra

El ingreso de España y Portugal en la CEE "contribuiría a reforzar, estabilizar y unir a Europa", dijo ayer el Departamento de Estado en una primera reacción al acuerdo alcanzado en Bruselas para la ampliación de la Comunidad. "Celebramos las noticias de que las negociaciones han sido concluidas con éxito", dijo un portavoz del citado departamento, quien recordó que la política de EE UU siempre había sido favorable al ingreso de España en la CEE. Fuentes comerciales y del Congreso dijeron a EL PAIS que, desde el punto de vista comercial, el ingreso español puede crear algunos problemas a los cítricos y a algunos cereales norteamericanos.El Departamento de Estado ha acogido con satisfacción la noticia, que fue recogida ayer en la primera página de las últimas ediciones de la Prensa norteamericana, porque despeja una incógnita de la política exterior española que Washington temía que pudiera afectar a la permanencia de España en la OTAN. La Administración de EE UU es consciente de que un fracaso o simplemente un retraso de un año en la entrada de Europa hubiera podido reforzar a los sectores anti Alianza Atlántica, influyendo negativamente en el referéndum prometido por el Gobierno español sobre este tema.

Apoyo de Reagan

Ronald Reagan, que viajará a Marruecos y Portugal a primeros de mayo, expresó el mes pasado su apoyo a la ampliación de la Comunidad a España y Portugal aprovechando la visita a Washington del primer ministro Bettino Craxi. Pero la satisfacción política por la ampliación de la CEE no tiene el mismo reflejo en el terreno comercial, donde los intereses de EE UU pueden verse afectados en algunos sectores por el ingreso de España en el Mercado Común.

Las autoridades estadounidenses vigilarán con gran atención los términos del acuerdo que firme España con la CEE, sobre todo en lo relativo a los productos agrícolas. Una de las primeras consecuencias del ingreso español puede ser una disminución de las exportaciones norteamericanas de maíz y habas de soja a España, que supusieron en 1984 unas 400 millones de dólares de un total de 2.451 millones que ascendieron las importaciones españolas de EE UU, según señalaron fuentes comerciales en Washington. Estos productos podrán ser adquiridos ventajosamente en el mercado europeo.

Washington se queja de que Europa cierra su mercado a los productos agrícolas norteamericanos y compite deslealmente con una agricultura superprotegida, impidiendo que este país dé salida a sus montañas de excedentes.

El Gobierno de EE UU estará también especialmente atento a cómo quede el tratado con España en lo relativo a los cítricos, aceites vegetales y acero. A la hora de negociar con Estados Unidos sobre productos siderúrgicos, textiles o zapatos, España tendrá una mejor posición formando parte de la Comunidad Europea que en la actualidad, en que tiene que negociar individualmente.

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