La política agrícola de la CEE está destinada a garantizar a los agricultores unos ingresos suficientes
La biblia de la política agrícola común (PAC) -y, por tanto, de la CEE, de la que es su columna vertebral- son tres reglas: la unidad de mercado, la solidaridad financiera y la preferencia comunitaria. Es el catecismo de la Comunidad Económica Europea, destinado a garantizar a los agricultores unos ingresos suficientes, estabilizar los mercados agrícolas, racionalizar la producción y asegurar la diversidad del aprovisionamiento. Pero quizá la política agrícola común ha sido víctima de su propio éxito, al desembocar en la producción de grandes excedentes que ahora hay que controlar.
El mercado único significa que las reglas de funcionamiento deben ser las mismas en Escocia y en el Peloponeso, y eventualmente en Andalucía y Jutlandia. Tiene que haber una solidaridad financiera, por medio del presupuesto de la Comunidad, y ésta concede los fondos necesarios para garantizar los precios en caso de que las producciones no se puedan vender en el mercado.Los precios varían
Hay precios únicos, expresados en ECU (unidad de cuenta europea). Pero en la práctica estos precios varían de un país a otro expresados en monedas nacionales, porque el ECU que se utiliza para estos cálculos tiene un cambio verde para proteger al Mercado Común agrícola de los vaivenes del mercado monetario normal. Además, estos precios se fijan sin tomar en cuenta los impuestos, que varían de un país a otro. Para garantizar la libre circulación a pesar de las diferencias en las monedas, se establecen los muy conflictivos montantes compensatorios monetarios (MCM), que actúan como un sistema de esclusas.
Para preservar las posibilidades mercantiles de los productos de países de moneda fuerte o re valuada, a su entrada en otro país de moneda débil se ven desgravados los MCM, y viceversa El problema es que una vez instaurado un MCM, su desaparición se hace más difícil, y pasan de ser un simple mecanismo a convertirse en auténticas primas
Esto -precios y MCM- es el nudo que constituye anualmente el llamado maratón agrícola, por el que los diez deciden las condiciones para la campaña, que suele empezar, según los productos, a partir del 1 de abril.
La preferencia comunitaria supone la garantía de que los productos europeos al cruzar las fronteras internas de la CEE gocen de mejores condiciones que los productos de países terceros.
Este sistema de garantía de precios (que tras el ingreso vendrá a España a reemplazar las actividades del Fondo de Ordenación y Regulación de Precios y Productos Agrarios -FORPPA- para trasladarlas a Bruselas) es el que ha llevado a grandes excedentes, contra los que ahora se empieza a luchar. Las cuotas de leche fueron el primer gran paso -tras el más antiguo del azúcar-, seguidas de las de vino. El siguiente será el aceite de oliva, y le seguirán otros, pues España no entra ya en una Comunidad de vacas gordas. También es la PAC la causa de la crisis financiera de la CEE, pues el Fondo de Garantía de Precios (Feoga) devora un 60% de los fondos de la CEE, y en términos absolutos no ha cesado de crecer en los últimos años.
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