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El libro español se enfrenta con inquietud al desafío europeo

El 'impuesto a la lectura' subirá el precio de los ejemplares

¿Será el libro más caro en España con el ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE)? Es la pregunta que más preocupa a los distintos sectores del mundo editorial, según expresaron el miércoles los participantes en una mesa redonda que organizó La Gaceta del Libro. En términos generales, podría decirse que el gremio de impresores, el de distribuidores y libreros consideraban que serían beneficiados con el ingreso de España. No así los editores, que se sienten amenazados por la fuerza de las empresas europeas.

MadridLa incertidumbre y las especulaciones sobre la incidencia que tendrá en el mundo editorial el ingreso de España en la CEE fueron las notas dominantes en la discusión que mantuvieron algunos representantes de los diversos sectores del mundo editorial español, el pasado miércoles en la mesa redonda El libro español ante la CEE celebrada en el Centro Cultural de la Villa de Madrid.Mientras el representante del sector gráfico, Arsenio Huergo, manifestaba que los impresores españoles mantenían desde hacía varios años estrechas relaciones comerciales con el resto de los países de Europa y que posiblemente éstas mejorarían con el ingreso de España, el editor Federico Ibáñez se mostraba escéptico, e incluso alarmado, por la amenaza que representará para los editores españoles este nuevo sistema.

Una de las preguntas que se planteaba Federico Ibáñez estaba relacionada con la posible inversión de fuertes capitales extranjeros en la industria editorial española, que a su vez los pondría en un contacto más directo con el mercado latinoamericano.

"No obstante, cabe preguntarse cómo reaccionarán los países latinoamericanos ante el libro español encarecido con el IVA (impuesto del valor añadido) del 6%. Se trata de un impuesto a la lectura, un impuesto que paga el comprador del libro y que el próximo año puede llegar a aumentar hasta el 18%, ya que la disminución en la venta de libros hará que disminuyan las tiradas y aumenten los costes de producción, viéndose afectados principalmente los libros de creación y ensayo", afirmó el editor.

"Otro de los principales problemas se presentará con la imposición del precio fijo de venta marcado por el editor según las leyes de la CEE. Esta medida se ha revelado como algo funesto ya que favorece principalmente a las grandes inversiones editoriales y no a las pequeñas".

Divergencias sobre el IVA

El asunto del IVA presentó cierta divergencia de opiniones. Carlos Bastarreche, vocal asesor de la Secretaría de Estado para las Relaciones con la CEE, explicó que el nuevo gravamen al libro ascendería probablemente al 6%, aunque se está intentando de todas maneras lograr el mínimo posible en este impuesto, así como la desaparición del impuesto al tráfico de empresas (ITE).De cualquier forma se contempla la existencia de una etapa de adaptación de estas nuevas legislaciones, que no tendrán un efecto de doble gravamen sobre los surtidos de libros ya existentes. "En teoría, si se elimina el ITE, que es un sistema de imposición indirecta sobre la facturación total, el libro tendría que bajar de precio. En principio el precio del libro, comparado al que tendrán los demás bienes de consumo, será más barato, aunque el impacto inicial del IVA será inflacionista".

Algunos países de la CEE, como Irlanda y Reino Unido, han logrado una exención de este impuesto al libro. "El IVA es un impuesto diabólicamente perfecto", afirmó Jaime Brull, secretario de la Federación de Gremios de Editores, al ser consultado por este periódico.

"La inflación del 6% afectará al comprador y habrá que aceptarlo. Irlanda y Reino Unido no tienen este impuesto, pero hay que recordar que estos países ya tenían un impuesto anterior a su ingreso en la CEE. Además, en el Reino Unido existe esta desgravación también en artículos como los zapatos para niños y otros de este tipo. En todos los países de la CEE se ha intentado afectar al libro lo menos posible", continuó Huergo.

"Lo que han hecho algunos de estos países europeos es aumentar la asignación de las bibliotecas, ya que el consumo personal de libros se ve restringido. En el Reino Unido las bibliotecas adquieren el 33% de la producción editorial de su país, en Francia el 20% y en España sólo el 1.5%". "¿Ayudará la Administración a que no nos convirtamos en el Hong Kong de Europa?", se preguntaba Arsenio Huergo.

Jaime Brull dijo que el ingreso de España a la CEE podría traer efectos negativos porque el sistema español actual no se ajusta al sistema que utilizan los países comunitarios. Pero en otros aspectos beneficiará a los editores españoles, como, por ejemplo, en cuanto al precio del papel, que tiene actualmente un arancel del 30%.

Según Huergo se trata de adoptar tanto medidas de tipo económico como político en relación al libro. "Antes teníamos ayudas a la exportación que van a desaparecer. Hay que concienciar a los poderes públicos de la necesidad de considerar el libro como un bien cultural a proteger".

El director del Instituto Nacional del Libro Español, Rafael Martínez Alés, no pudo asistir a la mesa redonda por encontrarse fuera del país, pero dejó escritas unas páginas para ser leídas en esta reunión. En ellas anotaba que la industria editorial europea mantiene fuertes lazos con la española, especialmente en lo que se refiere a España como vínculo con Latinoamérica, por lo que el vínculo que se tendrá a partir de la entrada de España en la CEE servirá de consolidación de esta relación.

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