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El INI venderá acciones en bolsa de sus empresas más rentables para captar fondos

El Instituto Nacional de Industria (INI) redujo en 20.000 millones de pesetas el volumen global de pérdidas de las empresas del grupo en 1984, al totalizar éstas 183.700 millones frente a los 204.000 millones registrados en 1983, según declaró ayer su presidente, Luis Carlos Croissier, ante el Congreso. Croissier anticipó que el INI estudia la venta en bolsa de paquetes de acciones de sus empresas más rentables como un mecanismo alternativo de captación de fondos para el grupo. Para su presidente, el INI ha dado un cambio significativo en su tendencia de pérdidas en el pasado ejercicio, que le llevará a registrar beneficios en el año 1988.

En una intervención repleta de datos, ante la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados, Croissier también reveló que, el pasado domingo, llegó a un acuerdo con el presidente de Telefónica, Luis Solana, para la venta de la participación del INI en Secoinsa a la Compañía Telefónica Nacional de España. Esta venta se hará sobre el neto patrimonial de la empresa electrónica, excluidas filiales, y supondrá el pago antes de un mes de 1.500 millones de pesetas, con el restante a un plazo fijo una vez que se hayan terminado las auditorías de valoración.Luis Carlos Croissier había sido convocado a la comisión legislativa por el Grupo Popular, que manifestó su intención de llamar de nuevo al máximo responsable del INI al no poder agotar ayer todos los temas de su interés, después de más de tres horas y media de intervención. Con todo, Croissier realizó la exposición más exhaustiva sobre sus planes al frente del holding público que ha hecho desde que asumió su presidencia en el mes de octubre pasado.

Croissier situó en cuatro áreas diferenciadas su actuación al frente del grupo, correspondientes a los problemas que el grupo tiene planteados desde hace años. Se trata, en primer lugar, de reducir el "exceso de capacidad obvia", tanto en instalaciones como en mano de obra. En segundo lugar, atacar estos problemas por medio de una reconversión de las compañías que generan más pérdidas ("diez empresas producen el 92% de las pérdidas del grupo). Atacar, en tercer lugar, el problema industrial de las empresas, teniendo en cuenta que "el problema financiero que el grupo padece viene dado por el industrial". Y, por último, invertir unos crecimientos salariales que, en los últimos años, han superado la media nacional.

Para detener este "deterioro creciente" de las empresas y grupo público, el INI inició hace dos años una política de ajuste, saneamiento y reducción de costes que, unido a la mejora de la gestión, ha permitido, según Croissier, un "cambio de signo en la evolución de las pérdidas". En 1984, con un mercado adverso ("la facturación solo creció un 10,2%), el INI redujo sus perdidas en 20.000 millones y, por vez primera en muchos años, el grupo tuvo un cash flow positivo de 1.700 millones de pesetas. Según Croissier, el holding hubiera tenido resultados positivos de 49.570 millones se no se contabilizaran los gastos financieros.

Plan a medio plazo

Respecto a sus planes para el grupo, Croissier señaló que sus tres objetivos primordiales son: a corto plazo, materializar y proseguir el saneamiento del grupo; a medio plazo, y mediante la elaboración de un plan específico, dotar de rentabilidad y competitividad a las empresas y, por último, redefinir el papel de la empresa pública en España. Para el presidente del INI, 1988 puede ser un año decisivo para el grupo si se cumple su objetivo de "producir los primeros números negros en términos de resultados agregados".

Croissier insistió en que la política del grupo pasa por una reducción y selección de has inversiones ("sólo se harán aquéllas que prueben ser rentables") y, si bien en el próximo año se requerirá del Presupuesto del Estado un incremento de los fondos aportados, "no hay que olvidar que éstos se derivan, en gran parte, de las mayores necesidades que supondrán los reajustes de plantilla.

El presidente del INI negó que existiera una política genérica de privatizaciones de empresas y señaló que las decisiones a este respecto se adoptan siguiendo criterios de naturaleza estratégica. "Hay que definir donde estamos y donde queremos estar", dijo. A este respecto, Croissier señaló que en 1985 el INI está, inmerso en cuatro decisiones importantes, afectando dos de ellas a los sectores de automoción (Seat y Enasa), una a la electrónica (Secoinsa), y otra a los rodamientos (grupo de SKF). Sobre las dos primeras, ya ampliamente expuestas, se está en negociaciones con la multinacional alemana Volkswagen para buscar un socio para Seat y con General Motors y Toyota, para la venta de Enasa.

Bajo el criterio de que estos sectores están ampliamente dominados por multinacionales, y no caben empresas escasamente dimensionadas como las españolas, Crossier reveló las negociaciones con la empresa sueca SKF, que antes de mayo de este año tendrá que decidir la compra de la mayoría de SKF-España, que el INI controla ahora. También se refirió al acuerdo alcanzado con Telefónica sobre Secoinsa, sujeto a la aprobación del Consejo de Ministros.

La política tendente a que algunas empresas del INI coticen en bolsa fue descrita por Croissier como un mecanismo de captación de fondos, capaz de reducir los costes financieros del grupo. No obstante, señaló que el INI conservará la mayoría de las mismas o, en cualquier caso, su control. Como ejemplo, se anticipó en fuentes solventes la posible venta de acciones de las empresas eléctricas (Endesa y Enher) y otras que pueden resultar atractivas al inversor, es decir las más rentables.

Croissier calificó de dimisión el reciente relevo de Carlos Espinosa en la presidencia de Iberia y reconoció, en cualquier caso, que la compañía necesitaba "un cambio de estilo", tanto en las relaciones internas como en las externas. Añadió que la compañía ha entrado en una fase importante de decisiones, tales como la revisión de la flota, que, dijo, prefería que se hiciera una vez evaluadas sus necesidades globales y no por segmentos de flota. En este sentido, señaló que la polémica de sustitución de aviones no era tan simplista como para reducirla a un avión u otro de los ofertados, sino que requería un estudio a fondo y global.

También se refirió a los problemas estructurales del sector del aluminio, cuyo futuro está sometido, en estos momentos, a un complicado y delicado proceso de negociación con los dos socios extranjeros más importantes (el canadiense Alcan y el francés Pechiney). Croissier resaltó la intención del INI de reducir capacidad ("no es normal que un país sin bauxita y sin energía exporte el 50% de lo que produce") y reiteró los futuros planes de proceder a un fusión, de facto y de jure, de Endasa y de Alugasa, de forma que se racionalice la producción del sector. La reducción de capacidad afectará a la línea 1 de la factoría de Avilés y de la planta de Valladolid. Sobre Hunosa, dijo que su futuro estaba en los planes operativos y, en una clara referencia a una central sindical, solicitó la colaboración de los trabajadores para llegar a los objetivos de producción previstos.

Pérdidas decrecientes

Respecto a los datos del grupo, cifró las ventas en 1984 en 1,8 billones de pesetas, un endeudamiento en divisas equivalente a 800.000 millones de pesetas (el total del INI es de 2,2 billones), una importante reducción de costes (los de producción aumentaron sólo un 4%; los financieros, un 7%; los comerciales, un 16% y los de administración, un 5%), unas pérdidas de 183.700 millones (que pueden ser 185.000, después de auditorías), un ajuste de plantilla de 11.460 personas y una reducción de las existencias de 20 días.

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