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Un delincuente habitual, asesinado a tiros en el Cerro La Mica

Un hombre de 30 años, delincuente habitual contra la propiedad según la policía, fue asesinado a tiros en la tarde de ayer en una chabola del Cerro La Mica, junto al poblado de Caño Roto. El desconocido asesino vació el cargador de una pistola del 9 corto contra su víctima, Jesús Gimeno Pastor, que resultó alcanzado por dos disparos en el tórax y el cuello. El agresor apuñaló luego varias veces a Filomena Sánchez Díaz, de 29 años que también se encontraba en la chabola y que anoche permanecía ingresada en grave estado en el centro sanitario Primero de Oc- tubre.Filomena relató a la policía que hacia las 13,30 horas, se encontraba en su chabola en compañía de Jesús Gimeno, cuando entró un individuo que, sin mediar palabra, disparó seis veces contra éste. La mujer intentó huir, pero fue apuñalada por ese individuo, que Filomena dijo desconocer. Una vez que el agresor hubo abandonado el lugar, la herida logró trasladarse en un taxi al mencionado centro sanitario, desde donde informó a sus familiares del suceso. Fue el padre de Filomena el que encontró, completamente desnudo, el cadáver de Jesús Gimeno y avisó a la policía.

El móvil de la violenta conducta del desconocido asesino es oscuro. La policía barajaba anoche tanto la hipótesis del ajuste de cuentas entre delincuentes, como la del crimen pasional. Algunos vecinos del Cerro La Mica informaron que en la chabola donde tuvo lugar la doble agresión vivía un traficante de drogas, cuyo nombre ignoraraban.

El lugar donde ocurrieron estos hechos es una especie de círculo imperfecto de unos 30 metros de diámetro, rodeado por una empalizada hecha con vigas, tableros, puertas y alambres. En el interior de esa especie de campamento hay varias chabolitas de muros de madera y tejados de uralita sostenidos por piedras. En el patio central de tierra hay un tractor y varias lavadoras fuera de uso, una pila de leña y un montón de neumáticos. Basuras múltiples rodean el conjunto, ante el cual hay un cartel de la Junta Municipal de La Latina que dice: "Terrenos para servicios municipales y zona deportiva".

Viviendas semejantes pueblan el Cerro La Mica, un sitio del que lo mejor que puede decirse es que desde allí se ven con claridad los cipreses del cementerio de San Isidro, los graderíos de un canódromo y la silueta del Pirulí. Hay allí muchos coches desguazados, infinidad de perros que acosan con ladridos a los visitantes, un rebaño de ovejas y muy pocos adultos, que por sistema dicen no saber nada de nada. Ayer por la tarde los únicos seres que daban respuestas eran niños desarrapados que ya tenían preparada su coartada: "Yo no he visto nada, yo estaba viendo en la tele a Espinete".

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