Israel confía en una mejora de relaciones con Moscú con el nuevo líder soviético
El Gobierno israelí no ha enviado delegación ni telegramas de condolencia a Moscú, debido a la inexistencia de relaciones diplomáticas entre ambos países. "Dada la ausencia de relaciones normales entre Israel y la URSS, hubiese sido una hipocresía actuar de otro modo", señala una fuente de la presidencia del Consejo. El Gobierno de Simón Peres, sin embargo, está satisfecho con el cambio y espera que con Mijail Gorbachov las relaciones israelo-soviéticas salgan de su actual punto muerto.Excepción hecha de los comunistas, que enviaron una delegación a Moscú para asistir a las exequias de Konstantín Chernenko, sólo el partido Ratz (sionistas de izquierda) ha dirigido un mensaje a Gorbachov, en el que le manifiesta su esperanza de que "trabajará por la paz en Oriente Próximo y por el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Israel".
Pese al silencio oficial, el Gobierno no está disgustado por el cambio habido en el Kremlin. Se prefiere a un hombre joven y fuerte, capaz de definir y ejecutar una política, a los ancianos antecesores que dejaban para más adelante toda decisión delicada. En Jerusalén se hace notar que durante los seis últimos años, con la larga agonía de Leonid Breznev, el interregno de Yuri Andropov y la ausencia-presencia de Konstantín Chernenko, las relaciones entre Israel y la URSS no han progresado un ápice y la situación de los judíos rusos ha empeorado. En consecuencia, los dirigentes israelíes conceden un cierto crédito a Gorbachov, al tiempo que manifiestan un prudente optimismo.
Se piensa en Israel que el nuevo líder soviético tratará de contrarrestar el error cometido por sus predecesores, que al suspender sus relaciones diplomáticas con Israel en 1967 cedieron considerable terreno e influencia en Oriente Próximo a EE UU. El Gobierno israelí no espera que el Kremlin decida reanudar las relaciones diplomáticas de la noche a la mañana, ni siquiera que llegue a hacerlo en un futuro próximo. En Jerusalén se cree que Gorbachov querrá manifestar previamente su buena voluntad por medio de la liberalización de las draconianas medidas que impiden la emigración de los judíos rusos.
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