Vetada la tramitación de preguntas al Gobierno sobre drogas en los cuerpos de seguridad

El diputado del Grupo Popular Eduardo Tarragona calificó ayer de farsa a la democracia española y con menos libertad que la disfrutada en el pasado modelo orgánico con las Cortes franquistas en vigencia. Este diputado mostraba con estas declaraciones su disgusto por la decisión unánime de la Mesa del Congreso -incluido el representante de su grupo, Antonio Carro- de no admitir a trámite tres preguntas de Tarragona en las que se interesaba por el número de drogadictos que hay en el Ejército, en la Guardia Civil, en los cuerpos de seguridad del Estado y en la Administración civil en general. El presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba, afirmó que no sólo se negaba el trámite a estas preguntas, sino que también se llamaría al orden a este diputado por faltar al respeto a esas instituciones."A mí no me llama nadie al orden, no lo admito: yo he sido elegido por el pueblo", decía Tarragona al enterarse por los informadores de que pronto iba a ser amonestado. "Yo he sido procurador en Cortes por el tercio familiar y a mí nadie me ha llamado al orden, no lo admito; esto sólo pasa en Rusia", insistía en su protesta Eduardo Tarragona. Al conocer que era la Mesa del Congreso, y por unanimidad de todos los grupos, la que había decidido no tener en cuenta sus preguntas, este diputado manífestó que la Mesa "no era nadie" para interceptar sus preguntas. Para Tarragona, los militares y los policías son ciudadanos normales, por lo que no entiende por qué no puede conocerse cuántos drogadictos hay en esos cuerpos.

El jefe de prensa del presidente del Congreso informó inmediatamente a Peces-Barba, que, a su vez, se dirigió al vicepresidente segundo. Este miembro de la Mesa y diputado popular se dirigió al escaño de Manuel Fraga para informarle sobre lo ocurrido.