Los veterinarios proponen normas reglamentarias para evitar que se drogue a los toros
El Consejo General de Colegios de Veterinarios de España ha remitido al Ministerio del Interior, encargado de administrar los diversos aspectos de la fiesta taurina en España, un informe sobre el proyecto de reforma del reglamento taurino, en el que aclara conceptos, suple lagunas y sugiere modificaciones al borrador que fue difundido por el mencionado departamento. Una de sus propuestas más interesantes de este informe es que el reglamento arbitre una norma ante la posibilidad de que se drogue a los toros.
Dice así el informe: "El borrador no incluye la posibilidad del fraude del drogado de los toros con sustancias tranquilizantes o excitantes. Es necesario el control del uso de drogas en los toros, en primer lugar porque, en caso de ser utilizadas, impedirían la valoración de la bravura, y en segundo lugar porque el aficionado tiene perfecto derecho a que le garanticen que este fraude no existe"."Para ello", sigue diciendo el informe, "conviene incluir en el texto del nuevo reglamento la siguiente frase: en el caso de que los veterinarios de servicio tengan la sospecha de haber sido tratado un toro con fármacos para alterar su comportamiento, recogerán las muestras que estimen oportunas, previa autorización del presidente, remitiéndolas al laboratorio de sanidad y producción animal correspondiente...".
Es la primera vez que un estamento de la fiesta propone una norma preventiva por si el drogado de las reses llegara a producirse. Hasta la fecha ningún profesional del espectáculo había admitido ni siquiera el supuesto remoto de que este fraude pudiera existir. En cambio, gran número de aficionados lleva años sospechando que muchos toros saltan a la arena bajo los efectos de tranquilizantes.
Propone también el consejo general que los veterinarios de servicio en las plazas no sean nombrados por la Administración, sino por los colegios oficiales de cada provincia. El Colegio de Veterinarios de Madrid está recibiendo consultas de muchos de sus afiliados, los cuales se quejan de que no existen criterios claros para la designación de los facultativos que han de prestar sus servicios en la plaza de Las Ventas. Como la Administración no consulta al ente colegial acerca de esta cuestión, ni le pide informe sobre los veterinarios que vaya a designar, ha determinado desvincularse totalmente de los mismos.
Excesivo caballo de picar
En el mismo informe, los veterinarios zanjan, por su parte, la polémica acerca de la suerte de varas, y manifiestan que el caballo de 500 kilos de peso máximo, que propone el nuevo reglamento, es excesivo. Argumentan así: "Si el toro tiene un poder teórico de 470 kilos / segundo, es decir, que sólo puede desplazar 470 kilos a un metro de distancia en un segundo, aumentar el peso del caballo a límites superiores sobre este margen es privar al toro de su manifestación plena, prestándose a posibles traumas físicos que disminuyan no solamente el poder sino la manifestación de su bravura". Y añade el Colegio de Veterinarios: "Comprendemos la preocupación del picador, porque disminuyendo el peso del caballo aumenta su riesgo, pero el picador tiene que correrlo, igual que el torero a pie. Lo que sí nos parecería eficiente es introducir una alzada mínima".El Consejo General del Colegio de Veterinarios, en su informe, se manifiesta en contra de la supresión del peso mínimo de las reses, de que no haya asesor veterinario en la presidencia, de que el reglamento no prevea la presencia responsable del ganadero en las operaciones que guardan relación con las reses y de que se suministren drogas a los caballos de picar.
Babelia
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