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Reagan manifiesta a Craxi su apoyo al ingreso de España en la CEE

Francisco G. Basterra

Ronald Reagan manifestó ayer su apoyo a la ampliación del Mercado Común a España y Portugal en la entrevista que mantuvo con el presidente del Gobierno italiano, Bettino Craxi, que se encuentra en Washington en una visita oficial, cuyo principal objetivo es reforzar la alianza occidental ante las próximas negociaciones de Ginebra con la URSS. Craxi, que preside este semestre el Consejo de Ministros de la Comunidad Económica Europea, explicó al presidente norteamericano los problemas existentes para la ampliación de la CEE y los esfuerzos que realiza Italia para que la entrada de los dos nuevos miembros se realice en los plazos previstos.Reagan visitará oficialmente España y Portugal a primeros de mayo y éste es, por tanto, un buen momento para manifestar su apoyo a la integración de los dos países de la península Ibérica en Europa. Washington desea que el ingreso español en la CEE se produzca antes de que el Gobierno socialista de Felipe González celebre el próximo año el anunciado referéndum sobre la Alianza Atlántica. La Administración norteamericana sabe que un fracaso en el proceso de integración español en la CEE podría tener consecuencias negativas sobre la definitiva permanencia de España en la OTAN. Aunque es impensable una intervención directa de EE UU en los trabajos internos de la CEE, este país tiene la suficiente capacidad de presión para influir en las decisiones de los Gobiernos de Francia, el Reino Unido o la RFA.

Reagan ha aprovechado la visita de Craxi para realizar un último esfuerzo por cerrar filas en la OTAN y presentar una posición occidental conjunta sobre la polémica guerra de las galaxias en las negociaciones con la URSS, que se abrirán en Ginebra la próxima semana. Al término de la entrevista en el despacho Oval de la Casa Blanca, parecía que el presidente había conseguido su objetivo. Reagan confirmó que Craxi comprende totalmente el programa y los objetivos del sistema (le defensa espacial y aseguró que existe un pleno acuerdo entre los dos países sobre los beneficios que pueden derivarse de la investigación de la guerra de las galaxias.

Craxi ofreció su apoyo a la fase de investigación del programa de defensa espacial o Iniciativa de

Defensa Estratégica (SDI) y explicó que Reagan le ha asegurado que se utilizará para conseguir la paz y un equilibrio de fuerza entre las dos superpotencias. Un portavoz de la Administración explicó que Washington no está pidiendo declaraciones formales de apoyo al sistema de defensa en el espacio y dijo que es creciente la convergencia con los aliados sobre este aspecto. Reagan explicó a Craxi los detalles tecnológicos de su proyecto y le ofreció, como ha hecho con la RFA, Francia y el Reino Unido, compartir los beneficios tecnológicos que puedan derivarse de la investigación del mismo. El dirigente italiano confirmó al presidente que no habrá fisuras en la OTAN sobre este tema. El jefe del Gobierno de Roma no ha apoyado, sin embargo, hasta ahora con la misma claridad que otros líderes europeos el sistema de defensa espacial propuesto por el presidente de EE UU.

Craxi informó también a Reagan de las conversaciones que mantuvo la semana pasada en Roma con el ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko. De !as entrevistas, los políticos italianos han obtenido la impresión de que Moscú, a pesar de que adopta una fuerte posición propagandística contra la guerra de las galaxias, se encuentra en un "proceso de aprendizaje y comprensión de la SDI" y es consciente de que Estados Unidos continuará el esfuerzo de investigación.

Craxi pidió la semana pasada que EE UU dé garantías sobre el tema de la iniciativa de defensa estratétiga para calmar la preocupación de la URSS. La Casa Blanca dijo ayer que el líder italiano no se había referido a este tema en su entrevista con el presidente.

El ministro de Exteriores soviético visitó oficialmente Italia hace unos días con el objetivo de presionar al Gobierno para que no se alinee con la posición norteamericana. Para Moscú, la insistencia de Estados Unidos en seguir adelante con los planes de investigación de la guerra de las galaxias, en los que este país se gastará 30.000 millones de dólares en los próximos cinco años, puede bloquear cualquier acuerdo significativo de control de armas nucleares en Ginebra.

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