El acusado de matar a un tendero reconoce que disparó bajo el síndrome de abstinencia
Antonio Morales Borrego, el Paraca, de 23 años, que fue entrevistado por televisión en 1983 junto a otros presuntos autores de homicidios antes de ser puestos a disposición judicial, reconoció ayer, durante el juicio efectuado en la Audiencia Provincial de Madrid, que mató de un tiro a José Miranda, propietario de una tienda de ultramarinos del barrio de Vallecas al que pretendía atracar, y alegó que en aquel momento estaba bajo el síndrome de abstinencia. Morales está acusado de robo con homicidio y el fiscal pide para él una pena superior a 30 años de prisión, máximo establecido en el Código Penal español.
Junto a Morales compareció Juan Manuel Roldán Chamorro, el Negro, de 23 años, acusado de complicidad en el mismo delito y para el que el fiscal pide 27 años de prisión.Morales relató en el juicio que conocía a la víctima y que, aunque en un principio no tenía intención de realizar el atraco, metió la escopeta en una funda de guitarra "para dejarla en casa de su abuela". Anteriormente había atracado a un repartidor de Coca-Cola, por lo que se había confeccionado un antifaz conunos leotardos viejos de su hermana. Morales dijo a Roldán que le acompañara a dar una vuelta, aunque éste no tenía conocimiento de lo que pensaba hacer. Cuando iban en la moto, pensó en dar un atraco "para ponerme el pico" y dijo a Roldán que le esperara, que tenía que hacer un encargo. Morales afirmó que era adicto a la heroína, cocaína, pastillas y otras drogas desde hacía mucho tiempo.
Cuando el 5 de septiembre de 1983 amenazó con la escopeta de cañones recortados a José Miranda, de 54 años, casado y con tres hijos, propietario de una tienda de ultramarinos en Vallecas, éste se echó a reir. Morales dijo: "No pensé que me hubiera reconocido porque, de lo contrario, le hubiera dicho que era para ponerme el pico y que ya se lo pagaría. Eso no vale una vida". "Disparé y salí corriendo. Fui donde mi compañero porque necesitaba tener a alguien a mi lado. No podía ni tocar la escopeta y le dije al otro que la tirara. Estaba muy nervioso. Bebí un vaso de vodka, me inyecté y estuve cinco días muy mal" añadió.
No cogió un solo duro
Roldán, por su parte, negó haber colaborado en el atraco. Una vecina, testigo presencial, afirmó que el tendero separó el arma y que ese movimiento pudo desencadenar el disparo. El Paraca huyó de la tienda sin coger un solo duro. El fiscal, en su informe, se reafirmó en que los dos acusados son culpables de robo con intimidación con las agravantes de alevosía y disfraz. El informe de la defensa se realizará hoy y en el mismo se esgrimirá para el caso de Morales la eximente incompleta de estar bajo el efecto de drogas y trastorno mental y en el de Roldán la inocencia por no haber participado.Morales fue entrevistado el 12 de septiembre de 1983, poco después de ser detenido y antes de pasar a disposición judicial. La entrevista, junto con la de otros tres presuntos homicidas, fue emitida en un Telediario. Morales, visiblemente angustiado, al borde del llanto, repitió varias veces que no entendía la pregunta que le hacían sobre la autoría, del homicidio. Finalmente, dijo que se le disparó la escopeta por accidente. El informador apostilló entonces: "Pero con tan mala suerte que, literalmente, le volaste la cabeza".
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